Grupos de migrantes irregulares comenzaron a entregarse este martes a las autoridades fronterizas en El Paso, Texas, con la esperanza de ser procesados y liberados, poco después de anunciarse una operacion especial en la ciudad para arrestar a quienes no tengan base legal para permanecer en Estados Unidos.
«Tenemos la esperanza de que podamos entregarnos y salir con nuestros papeles legales», dijo a la Voz de América una joven venezolana que caminaba con su familia hacia uno de los puntos habilitados por los oficiales de Aduanas y Protección Fronteriz (CPB, por sus siglas en inglés) cerca del Paso del Norte, uno de los cruces legales más transitados de la frontera sur estadounidense.
Este grupo de migrantes cruzó desde México por puntos no vigilados en la frontera y al llegar no fue procesado legalmente en los puertos de entrada. Ante la incertidumbre de qué podría suceder una vez que se pusieran a disposición de los oficiales, la joven reconoció no saber «lo que pueda pasar».
«Lo que le puedo decir a mis amigos migrantes es que tendrán fe, mucha fe y que no se vayan a volver locos, a hacer cosas malas, sino solamente ir por el carril bien», dijo al tiempo que explicó que se iban a entregar «porque dieron la orden», en referencia a notificaciones entregadas a los migrantes que acampaban en las calles de El Paso.
Agotar la ultima esperanza
En la madrugada, el CPB anunció una operación especial contra migrantes irregulares en El Paso, una de las comunidades más afectadas por el inusitado incremento en la llegada de migrantes a la frontera sur de EEUU.
«Los agentes de inmigración procesarán a las personas para su investigación y colocación en los procedimientos de expulsión del Título 42 o de remoción del Título 8, según corresponda», informó el CBP en un comunicado, a solo dos días de que terminen las restricciones puestas en vigor durante la pandemia del COVID-19.
Los migrantes que pasaron la noche en un campamento improvisado en las afueras de la iglesia Sagrado Corazón despertaron con notificaciones a los pies, recomendando que quienes no hayan sido procesados en los cruces de migración se hayan entregado en las instalaciones del CBP.
La más cercana al centro de la ciudad es la situada a los pies del puente del Paso del Norte, ubicada en el 1101 S Oregon St, de acuerdo a la notificación que pudo confirmar la VOA. Sólo horas después de repartidos los volantes, se pudo apreciar movimiento de migrantes rumbo a la estación de la patrulla fronteriza.
«Nos decían que nos iban a ayudar, con unos papeles que nos habían dado, pero ahorita dicen que es mejor entregarse, y lo vamos a hacer con la fe de Dios», indica Yenier, un venezolano de 19 años poco antes de rendirse a las autoridades.
A su lado, Celestino Pérez, un mexicano residente en Juárez, del otro lado de la frontera, también decidió entregarse. «Quise agotar la última esperanza, lo más probable es que me deporten», afirmó.
Incertidumbre y miedo
«Estoy asustado, muy nervioso», confesó el venezolano Antony Suárez a la VOA mientras sopesaba indeciso si entregarse o no, a unos metros de la estación del CBP. “Dicen que hay posibilidades de que te den los papeles para entrar legal”, agregó.
Visiblemente emocionado, con lágrimas en los ojos, Suárez grabó a la familia que dejó atrás en Venezuela, especialmente sus hijos de 12 y 13 años, a quienes esperan dar una mejor vida cuando pueda asentarse y trabajar en EEUU.
«Tanto que uno lucha para llegar aquí y que lo devuelvan», insistió el joven padre.
Mientras, la Voz de América pudo constatar una reducción notable en el número de migrantes reunidos en un campamento improvisado en las afueras de la iglesia Sagrado Corazón. Muchos de ellos deciden hacer caso de las recomendaciones del CBP.
Sin embargo, para otros, como el venezolano de 19 años, José Gabriel Rivas, el riesgo es demasiado.
«Yo no me voy a entregar, porque eso es uno mismo tirarse la soga al cuello. ¿Por qué no dijeron eso antes, por qué lo están diciendo ahorita que va a llegar el 11 [de mayo]», se preguntó, en referencia al fin del Título 42la medida sanitaria que permitía devolver a México a los migrantes que llegaban a la frontera, incluso a los solicitantes de asilo.
En este sentido, el propio gobierno se refirió el martes a la incertidumbre que existe estos días en la frontera, “Hay retos en la frontera, el presidente ha lidiado con esto”, dijo la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, en rueda de prensa.
“Queremos asegurarnos de que haya total transparencia sobre el plan, de cómo vamos a proceder. Estamos listos para lidiar con lo que sucedió cuando se suspendió el Título 42, estamos usando las herramientas a nuestra disposición”, aseguró la vocera.
Procesados en menos de tres horas
La decisión de entregarse probó ser la correcta, al menos en el caso de dos venezolanos, quienes aseguraron que fueron «los primeros en entregarse» este martes, sobre las 7:00 de la mañana, hora local.
«Algo me dijo que me fuera a entregar. Pasaron con una hojita pidiendo que se resultó a entregar y me fui», contó a la VOA Yosvany Enrique Zárraga, de 19 años.
Visiblemente aliviados y contentos, Zárraga, junto a su compañero Luis Fernando Villarroel, de 28 años, explicaron que el proceso con los oficiales fronterizos fue «rápido», resultó menos de tres horas y fue «muy respetuoso» mientras. «Nos dieron agua, comida, nos trataron muy bien», destacar.
Detallaron que las autoridades les preguntaron si tenían familiares en EEUU, o si alguien los iba a recibir, y afirmaron que les dieron cita para una corte de inmigración dentro de tres años. No supieron decir si pudieron mientras tanto aplicar a beneficios o solicitar un permiso de trabajo.
Los casos en las cortes de Inmigración en Estados Unidos están experimentando grandes retrasos, en ocasiones de dos a tres años. El presidente estadounidense, Joe Biden, ha reiterado su petición al Congreso de que apruebe más fondos para agilizar los procesos.
«Ya podemos avanzar libremente» sin miedo a que la patrulla fronteriza nos pare y los devuelva, se alegraron los migrantes.
En un mensaje a quienes todavía dudan, los jóvenes insistieron en que sus compañeros «hagan bien las cosas».
«Que lo que se quieren entregar legalmente y hacer las cosas bien por lo legal, que se entreguen; y lo que no, pues ya tienen que asumir las consecuencias de los actos, porque no están presentando una oportunidad», advirtieron.
la frontera no esta abierta
«Hemos tratado de pasar la información a los migrantes que están aquí, pero también los que están a punto de cruzar, de que al levantarse el Título 42 no va a quedar la frontera digamos abierta o va a haber un camino donde les van a dar la bienvenida», enfatizó a la VOA el director de la Red Fronteriza de Derechos Humanos, Fernando García.
García, que trabaja desde hace años con la organización para defender a los migrantes, subrayó que con el Título 8, que se va a poner en vigor después del jueves 11, lo que le preocupa es que entra de manera irregular «no entiendan que lo que les espera es una posible deportación, una posible redada».
«Nosotros insistimos en que aquellos que tengan una petición, deben demandar su derecho a asilo», tendrá válida el activista que también afectará que estarán «observando si en el arresto y en los proceso de deportación van a violar sus derechos legales [de los migrantes] o no Todo eso es lo que está ahorita en juego”, afirmó.
Sobre las notificaciones entregadas a los migrantes en el campamento cerca del Sagrado Corazón, insistió en que es una movida «irresponsable».
“Yo creo que no podemos tomar una decisión que ellos tienen que tomar. Nadie asegura nada”, dijo.
El director de Red Fronteriza de Derechos Humanos también llamó la atención sobre notarios y abogados «sin escrúpulos que terminan haciéndole daño a los migrantes», a quienes ofrecen permisos falsos por millas de dólares
«Otros les dicen precisamente eso: entrégate y pues lo que pasa es que si te entregas, tienes que asumir las consecuencias y lo que va a poder pasar lo más probable es que si no tienes un caso de asilo y no utilizaste el programa ese de CBP One, vas a terminar siendo deportado”, opinó García.
[Con la colaboración de Celia Mendoza y Jorge Agobián, enviados especiales de la VOA a El Paso, Texas]
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