Jonathan Torres Farrat, tiene 17 años y es uno de los cientos de jóvenes detenidos durante el 2021 en Cuba, en el contexto de las protestas masivas en julio de ese año.
Fue arrestado el 13 de agosto en su casa del municipio 10 de Octubre, en La Habana, un mes después de las manifestaciones del 11 de julio, que sacudieron a toda la isla y en las que los cubanos pidieron en las calles desde medicinas hasta libertad. Se reportaron actos bandálicos pero la mayoría marchó pacíficamente.
Su detención -explica la madre- fue ejecutada por oficiales del Departamento Técnico de Investigaciones (DTI). Desde entonces -explica- solo ha tenido visitas esporádicas.
Actualmente se encuentra recluido en la Prisión de Jóvenes de Occidente, también conocida como El Guatao. Está acusado de los supuestos delitos de desorden público y atentado.
“Todo ha sido injusto y también ilegal porque a mí no me enseñaron ni papel (orden de detención) ni nada, porque no venían ni buscándolo a él, como él es menor venían buscándome a mí”, dijo a la Voz de América Bárbara Farrat, madre de Jonatan.
Jonatan es parte del grupo de al menos 45 adolescentes, entre 14 y 17 años, que fueron detenidos en Cuba por supuestamente haber cumplido en las protestas del verano pasado -14 de ellos siguen tras las rejas en espera de juicio-, según un conteo del grupo Justicia 11J, integrado por activitas, periodistas independientes y abogados que han documentado la represión reciente en la isla.
“Nunca me enseñaron un papel de detención, nunca me enseñaron nada y desde un principio me dijeron que era para una entrevista”, dijo Farrat en entrevista telefónica.
Además, aseguró que su hijo no participó de las manifestaciones, era el día de su cumpleaños y su padre salió por él a hacer parte de las gestiones cotidianas. El menor, a su vez, salió en busca de su padre. «No salió a manifestarse, simplemente salió a buscar a su papá».
Farrat dijo a la VOA que el pasado 27 de octubre nació el primer hijo de Jonatan, que no pudo inscribir ante el registro civil por su condición de preso.
“Con mi hijo se han cometido tantas, pero tantas injusticias que yo me declaré activista [por los derechos humanos] y todo precisamente por la injusticia. Porque si yo no he parado de denunciarlo y hay tantas injusticias que se han cometido conmigo, no quiero ver lo que sucede con las madres que se han mantenido calladas”, dijo la madre de Jonathan.
El Gobierno de Miguel Díaz Canel no reconoció la protesta. Medios oficiales resaltaron los hechos aislados violentos y culparon sin pruebas a Estados Unidos de financiar las manifestaciones que se extendieron por todo el país.
El canciller cubano, Bruno Rodríguez, lo calificó como «una operación desestabilizadora concebida desde Washingron». Desde entonces, otros intentos de protesta han sido aplacados por simpatizantes del Gobierno.
Lo que dicen los informes independientes
Jonatan Torres Farrat no es el único. Por años otros como él han sido detenidos por razones relacionadas a la categoría de «peligrosidad predelictiva», en virtud de la cual permanecerán presos ya la espera de juicio.
elinformar más reciente de la ONG Prisoners Defenders, que monitorea la situación de los derechos humanos en Cuba y está basada en España, destaca que están presos “11.000 civiles jóvenes no pertenecientes a organizaciones opositoras”, de los cuales “8.400 son convictos y 2.538 condenados, con penas medias de 2 años y 10 meses de cárcel”.
En entrevista con la VOA, el director de la organización Prisoners Defenders, Javier Larrondo, explicó que «de estos 11.000 presos condenados por peligrosidad predelictiva la gran mayoría son menores de 35 años y negros».
La cifra no pudo ser constatada de manera independiente. Las autoridades cubanas no suelen entregar esta información a los periodistas.
El Código Penal cubano define la peligrosidad predelictiva como “la especial proclividad en que se halla una persona para cometer delitos, demostrada por la conducta que observa en contradicción manifiesta con las normas de la moral socialista”.
EE.UU. UU. condena la represion en cuba
En su cuenta de Twitter, la embajada de Estados Unidos condenó los hechos recientes. El gobierno de Joe Biden ha impuesto sanciones a funcionarios y entidades cubanas vinculadas a la represión de los últimos meses.
brechas en la legalidad cubana
Consultado por la Voz de América sobre las brechas que tiene la legislación cubana y acerca del matiz ideológico que con frecuencia se cierne sobre la aplicación de la ley, el doctor en Ciencias Jurídicas, Julio A. Fernández Estrada, respondió desde la capital cubana sobre aspectos como la caducidad del derecho penal cubano.
“Es un derecho, por lo menos el derecho sustantivo, es bastante viejo ya; la ley Penal es de 1987, la Ley 62 es de 1987, el Código Penal en su momento era un código bastante avanzado, incluso era un código que se cambiaría dentro de la tendencia a la despenalización. Era un código avanzado en América Latina, así era considerado por algunos penalistas del área”, dijo.
Sin embargo, afirmó, tras los sucesos del último año como las sentadas públicas, huelgas de hambre o los sucesos del 11 de julio, “este derecho penal se ha usado con mucha fuerza para reprimir estas conductas”.
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Fernández, cita por ejemplo, los delitos que están imputando a las personas detenidas a raíz de manifestaciones de julio de 2020.
“Hemos visto recientemente como hay conclusiones provisionales de la Fiscalía, bastante severas, que están pidiendo sanciones muy fuertes de privación de libertad por los delitos de sedición a decenas de personas que entre el 11 y 12 de julio se todo enfrentaron a la policía, sobre en el barrio de la Güinera y la Avenida 10 de Octubre. En esos hechos más frontales con la policía ahora el Estado los trata de resolver bajo el delito de sedición», explicó el doctor en Ciencias Jurídicas.
Fernández asegura que «la politización del caso estaba siendo puesta sobre la mesa desde la interpretación del Estado, después de que el propio presidente y otras figuras políticas importantes priorizaron en el discurso oficial conceptos como «actos vandálicos» de grupos de personas calificadas como «delincuentes» o «gente pagada por el enemigo».
«Ahora estamos hablando de sedición, que es un delito político grave, un delito contra la Seguridad al Estado, que las sanciones que se están solicitando para estas personas van entre los 15 y los 25 años de cárcel. Entonces estamos hablando de una situación tremenda ”, dijo el experto.
¿Cuántos prisioneros políticos hay en Cuba?
El informe de Prisoners Defenders explicó la última semana que durante el 2021 hubo 955 prisioneros políticos en Cuba.
“Con 138 (presos políticos) se inició enero de 2021. Desde entonces hasta final de diciembre de 2021 se han sumado, además de estos, otros 817 prisioneros políticos nuevos a lo largo de todo el año 2021, quedando 842 prisioneros políticos en estos momentos ”.
La entidad con sede en Madrid, los divide entre “convictos de conciencia, condenados de conciencia y otros presos políticos”. También apunta a que este número se trata de una “fracción” que constituye “entre el 40% y el 50% de las cifras reales”, ya que “la verificación total es simplemente inalcanzable por alguna organización”.
Larrondo sostiene que algunos de los motivos por los que es “imposible” cuantificar el número real de prisioneros políticos, se debe a las “amenazas de la seguridad del Estado” hacia los familiares ya lo que describe como la “incomunicación endémica” que hay en la isla.
También señala que los abogados “exigen a los familiares que no den ni la sentencia ni las peticiones fiscales ni ningún papel jurídico a terceras personas bajo amenaza de causa penal”.
La juventud: mayor tu foco de rebeldía en Cuba”
Según el director de Prisoners Defenders, la gran mayoría de los condenados por predelictiva tienen menos de 35 años y son de raza negra y mestiza. Pero, ¿Por qué el gobierno cubano estaría deteniendo sobre todo a los más jóvenes?
Para Larrondo, a diferencia de las generaciones anteriores, los jóvenes no asistieron a “la represión” de las décadas de 1960 y 1970.
“Los que se acuerdan de eso tienen el terror en sus venas, pero los jóvenes no entienden qué es lo que pasa en Cuba con este sistema y este gobierno represor, que no les da ninguna satisfacción en ningún terreno, ni en el de la salud , ni el de la educación ni en el económico, es todo una penuria absoluta”.
“[La juventud] es el mayor foco de rebeldía que hay en Cuba”, concluye.
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