La noticia sobre las nuevas medidas migratorias -entre ellas el uso de militares- anunciadas por el gobernador de Texas, Greg Abbott, para frenar un posible aumento de la migración irregular a lo largo de su estado, es tema de conversación entre los cerca de 3.000 migrantes que viven en un campamento improvisado de Reynosa, México, y que tienen como meta llegar a EEUU.
Segun pudo constatar la Voz de Américael anuncio genera inquietud sobre lo que pueda suceder, pero no hace desistir a muchos, como es el caso de Eduardo Díaz, migrante hondureño.
“Más riesgo en todo, irse a lugares más largos, y sobre todo pues, se nos hace más difícil la pasada”, dijo Díaz a la VOA.
Mientras que Salvador Atilio Joya Quintanilla, procedente de El Salvador, pide al presidente Joe Biden que les ayude y afirma esperará lo que sea necesario “para entrar a Estados Unidos a trabajar”.
Muchos migrantes están seguros de que luego del fin del Título 42el próximo 23 de mayo, que autorizó la expulsión inmediata de migrantes indocumentados debido a la pandemia, tendrán vía libre para entrar a territorio estadounidense, a pesar de que las autoridades de EEUU han insistido en que la frontera seguirá cerrada.
Acciones fronterizas de Texas
Entre algunas de las acciones dadas a conocer por el gobernador Abbott la semana pasada están los aviones de enviar directamente a Washington DC en autobuses a los migrantes que detengan cruzando de manera irregular en su estado.
“Los enviaremos al Capitolio de Estados Unidos, donde la Administración Biden podrá abordar de manera más inmediata las necesidades de las personas que están logrando cruzar nuestra frontera”, explicó Abbott al presentar la legislación.
A finales de la semana pasada se supo que Abbott está recibiendo presiones de exfuncionarios de la Administración de Donald Trump para que declaren una «invasión» y otorguen a las tropas estatales y miembros de la Guardia Nacional autoridad para expulsar a los migrantes.
Hasta el momento el gobernador no ha revelado si apoya la medida, pero ha anunciado que la policía estatal comenzará a detener e inspeccionar los vehículos comerciales que cruzan la frontera, lo que reconoció que «ralentizaría débil» el tráfico de vehículos cerca de los puertos de entrada de EEUU.
Abbott afirmó que los controles de inspección se realizarán en las carreteras de Texas y se atendrán a la ley. “Pero, por supuesto, todos siempre presentan una demanda”, dijo para luego asegurar que está preparado para una posible batalla legal en los tribunales.
Un año del lanzamiento del Operativo Lone Starlos esfuerzos de las agencias texanas han permitido la detención de más de 225.000 migrantes.
Muchos migrantes creen que tales operativos son injustos porque los criminalizan.
“Nos están tratando como un delincuente y la verdad es que uno no es delincuente”, explicó a la VOA Eduardo Díaz, migrante hondureño. “Le quitan la oportunidad a alguien que quiere cruzar al otro lado, no a hacer vandalismo, sino a trabajar”.
Díaz está esperando en Reynosa, junto a su hija pequeña, para poder entrar a Estados Unidos y afirma que no regresará a su país porque cree que en suelo norteamericano podría tener un futuro mejor.
Más seguridad fronteriza
Autoridades de Texas sostienen que comenzarán «una mayor actividad militar» en la frontera en los próximos días e instalarán alambre de púas en aguas bajas a lo largo del río para disuadir a los inmigrantes de cruzar.
Las órdenes amplían aún más una misión de seguridad fronteriza multimillonaria en Texas, donde no solo se han desplegado miles de soldados y miembros de la Guardia Nacional, sino que además se ha instalado una nueva barrera fronteriza y han encarcelado a inmigrantes por cargas de allanamiento.
Funcionarios de la Patrulla Fronteriza afirman que esperan hasta 18.000 llegadas diarias una vez que el Título 42 expire.
¿Qué dice la ley?
Según las leyes estadounidenses, las personas tienen el derecho de solicitar protección por haber sufrido o temer por persecución basada en su raza, religión, nacionalidad, opinión política o pertenencia a un grupo social determinado.
Sin embargo, Luis Miranda, comisionado adjunto de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos (CBP por sus siglas en inglés), recalcó en declaraciones a la Voz de América que el asilo no está garantizado y que esa es una promesa que los traficantes de personas hacen a los migrantes para quitarles su dinero.
“No es que no se pueda pedir asilo, pero pedirlo y conseguirlo son dos cosas distintas”, dijo.
La deportación no está descartada según la ley, ya que en lugar del Título 42 regirá el Título 8, bajo el cual las personas son puestas rápidamente en “procesos de remoción, de deportación, cuando no pueden establecer un fundamento legal para permanecer en EEUU” , concluyó Miranda.
* Adaptación para la web de Lenny Castro, periodista de VOA, en San Francisco.
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