Investigación publicada en el Revista de Economía Aplicada arrojar luz sobre cómo funciona el techo de cristal contra las mujeres candidatas para un comité o puesto durante el proceso de selección. Aunque la noción de sesgo de género implícito se ha considerado un elemento importante de la discriminación de las mujeres en la contratación, este nuevo enfoque muestra que la dinámica de promoción refuerza una diferencia de género existente y conduce a un efecto de techo de cristal, incluso con una percepción constante de sesgo. Significa que el efecto techo de cristal (la discriminación se vuelve más severa en los niveles más altos) puede aparecer sin necesidad de un mayor sesgo en los niveles más altos..
El “techo de cristal” es una metáfora utilizada para representar las oportunidades de promoción bloqueadas para las mujeres en la jerarquía corporativa. Las primeras investigaciones han identificado el efecto techo de cristal con mayores diferencias salariales y menor probabilidad de promoción a niveles más altos, dentro de estructuras hieráticas.
El equipo dirigido por la Universidad del País Vasco, Bilbao, España, se centra en las explicaciones del lado de la demanda para la baja representación femenina en el liderazgo empresarial. Utilizaron un marco matemático y probabilístico, el proceso de Markov, para estudiar la brecha de género en un sistema de promoción. . “Es importante comprender cómo los procesos de selección en el mercado laboral interactúan con el sesgo de género para implementar las políticas correctas”. señalan los investigadores.
Sesgo asimétrico e inercia en los procesos de selección
De acuerdo con sus modelos probabilísticos, el proceso de selección se ve afectado por sesgos asimétricos y ventajas de incumbencia. El sesgo asimétrico supone que existe un sesgo de género en el proceso de selección porque cada decisor tiene un sesgo que pesa en la decisión final. Estudios anteriores proporcionaron evidencia de que la composición de género de los comités de reclutamiento es importante para las posibilidades femeninas de éxito en un puesto, por lo que en este modelo matemático, los investigadores asumieron que una percepción asimétrica de los candidatos depende del género de los tomadores de decisiones, si son hombres o mujeres. femenino.
“Este supuesto está motivado por el hecho de que, cuando las habilidades de los candidatos no son observables o son las mismas, el proceso de selección puede concebirse como un sorteo aleatorio de la población de candidatos y candidatas participantes. Sin sesgo de género, la probabilidad de éxito coincide con la proporción de mujeres en el grupo de candidatos, pero el sesgo de género disminuirá la probabilidad de que las mujeres obtengan el nuevo puesto”, evalúa el artículo científico.
Otro factor es el ventaja de incumbencia (inercia). Un proceso de selección está influenciado por la proporción de mujeres en los comités anteriores como una señal de su capacidad para un puesto en particular, o una señal de su voluntad de postularse para un cargo.
“Consideramos que la probabilidad de éxito se ve afectada no solo por la proporción de mujeres en el grupo de candidatos sino también por la percepción de los tomadores de decisiones. Se tienen en cuenta las participaciones femeninas en el pasado. En otras palabras, cuando la inercia es importante, menos mujeres en los comités anteriores se asociarán con menos mujeres consideradas para los comités actuales”, describen los investigadores.
Cuando el valor de la inercia es alto en el teorema, significa que apenas se seleccionará una candidata. “En campos donde históricamente las mujeres han estado ausentes o apenas se han visto, parecería “natural” mantener esta proporción baja con el argumento de que la proporción de mujeres con experiencia también es baja. Aunque la proporción de mujeres en el grupo de candidatos elegibles puede ser mayor”, argumenta el documento.
Factores ocultos del efecto techo de cristal
Los investigadores explican que la inercia y el sesgo producen efectos de techo de cristal de diferentes maneras. Por un lado, la inercia modela la idea que los cambios pueden tener lugar a un ritmo muy lento, incluso si el sesgo estuviera disminuyendo. Sucedería debido a varios factores, como la importancia de la experiencia previa en el trabajo, las ventajas de la incumbencia, la ausencia de información sobre las candidatas elegibles y la renovación parcial de los comités existentes. En esta situación, quien toma las decisiones percibe a las candidatas como un grupo más pequeño de lo que realmente es. Por otro lado, los modelos de sesgo muestran que los decisores seleccionaría mujeres con menor probabilidad que su proporción en el grupo de candidatos elegibles.
Además, el marco matemático ilustra que la interacción entre el sesgo y la ventaja de la incumbencia exacerba las consecuencias de un sesgo. Por el contrario, en ausencia de sesgo, cualquier desequilibrio inicial de género en la composición del comité se corregiría a largo plazo, sin importar cuán grande sea. El tiempo necesario para alcanzar la proporción dependerá del parámetro de inercia, pero al final, la participación femenina sería la misma que su proporción de la población.
Los hallazgos sugieren que la inercia y el sesgo asimétrico están presentes en muchos procesos de selección, y es posible que no se consideren discriminatorios ni responsables del efecto techo de cristal por sí mismos.. “Por ejemplo, el requisito de experiencia laboral previa puede ser simétrico para hombres y mujeres y, sin embargo, exacerba la desigualdad cuando se combina con el sesgo de género; en el caso extremo de la ventaja de la incumbencia, la proporción de mujeres converge a cero”, indican los investigadores.
Este modelo proporciona una configuración para analizar cuestiones relacionadas con la dinámica de la discriminación grupal. Sin embargo, el equipo señala que si esta menor participación de mujeres se debe a preferencias, como afirman otros estudios, o en parte a procesos de selección sesgados es una pregunta abierta.
Referencias
- Espinosa, MP y Ferreira, E. (2022). Sesgo implícito de género y efectos de techo de cristal. Revista de Economía Aplicada, 25(1), 37–57. https://doi.org/10.1080/15140326.2021.2007723.
- BAGUES, MF, & ESTEVE-VOLART, B. (2010). ¿Puede la paridad de género romper el techo de cristal? Evidencia de un experimento aleatorio repetido. Revisión de estudios económicos, 77(4), 1301–1328. https://doi.org/10.1111/j.1467-937x.2009.00601.x
Ilustración destacada: Marco Verch.