Alemania y Francia, las economías más grandes de la UE, han sido vistas durante mucho tiempo como la fuerza impulsora de la integración europea, a pesar de diferencias políticas ocasionales.
Por primera vez en 24 años, un presidente francés realizó una visita de Estado a Alemania.
El presidente Emmanuel Macron llegó el domingo para un viaje de tres días con el objetivo de enfatizar los fuertes vínculos entre las principales potencias de la Unión Europea.
La visita, inicialmente prevista para julio pasado, se pospuso debido a los disturbios en Francia tras el asesinato policial de un joven de 17 años.
Si bien Macron está acostumbrado a visitar Alemania para coordinar la política exterior y de la UE, esta es la primera visita de Estado con todos los honores ceremoniales desde la visita de Jacques Chirac en 2000.
Macron y su esposa, Brigitte, fueron recibidos por el presidente de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, mientras Alemania celebra el 75º aniversario de su constitución posterior a la Segunda Guerra Mundial.
Steinmeier organizó un banquete estatal para Macron en el Palacio Bellevue de Berlín el domingo por la noche.
El lunes, los dos presidentes viajarán a Dresde, donde Macron pronunciará un discurso.
El martes visitarán Münster, en el oeste de Alemania.
La visita de Estado concluirá con una reunión entre Macron, el canciller alemán Olaf Scholz y ministros de ambos países en una casa de huéspedes del gobierno en las afueras de Berlín.
Alemania y Francia, las economías más grandes de la UE, han sido vistas durante mucho tiempo como la fuerza impulsora de la integración europea, a pesar de diferencias políticas ocasionales.
Esto fue evidente a principios de este año cuando los dos países tenían posiciones diferentes sobre si los países occidentales deberían descartar el envío de tropas a Ucrania.
Macron no descartó desplegar tropas sobre el terreno en Ucrania, aunque Scholz rápidamente se distanció de estos comentarios.
No obstante, ambas naciones siguen siendo firmes partidarios de Kiev.