La respuesta se explora en este grito épico de un tercer álbum. Con entrega urgente y una gloriosa producción de pantalla ancha, Carner confronta tanto lo profundamente personal («No puedes odiar las raíces de un árbol y no odiar el árbol. Entonces, ¿cómo puedo odiar a mi padre sin odiarme a mí?») y lo altamente político ( “Le dije al hombre negro que no entendía que llegué al hombre blanco que no me tomaría la mano”). Hugo, de escala y alcance cinematográficos, es a la vez un grito de guerra para una generación forjada en el fuego y un estudio del conflicto interno personal que impulsa el resto del álbum: como un hombre negro mestizo, como artista, como padre. y como un hijo.
Con nominaciones a Mercury y Brits, premios NME y apariciones en campañas de marcas globales (Nike, YSL, Timberland), Carner, sin duda, ha tenido un ascenso meteórico hasta la cima, que culminó con su segundo álbum Not Waving, But Drowning, que alcanzó el número 3 en el Reino Unido. lista de álbumes en 2019. Sin embargo, hugo ve a Carner tomando un desvío brusco de su trabajo anterior, atribuyéndolo al encierro y el “lado hedonista de la carrera siendo despojado. No hubo shows, ni backstage, ni festivales, ni sesiones de fotos”. Al continuar escribiendo en estos tiempos tumultuosos con una claridad renovada y un sentido de libertad artística, Carner llegó más profundo que nunca debajo de la superficie.
El resultado es su disco más catártico y ambicioso hasta la fecha, un viaje resplandeciente al corazón de lo que significa estar vivo en estos tiempos tumultuosos, y que parece estar listo para consolidar su posición como uno de los jóvenes talentos más potentes y vitales del mundo. Este Dia. Trabajando junto al reconocido productor kwes. (Solange, Kelela, Nao), Carner no deja piedra sin remover en este álbum, tanto en su sonido como en sus historias. En un álbum de 10 pistas que pasa de magníficos momentos de neo-soul a hip hop estruendoso, con golpes inmediatos y contagiosos e interludios muestreados de no músicos (el poeta de raza mixta guyanés John Agard y el activista juvenil y político Athian Akec) Carner cambia a la perfección de micro a macro, confrontando todo, desde relaciones tensas con la familia hasta las lágrimas sociales causadas por la estratificación de clases.