El ataque al túnel Z-Morh, que sacudió el distrito de Ganderbal en Jammu y Cachemira, fue un ataque meticulosamente planeado y ejecutado por dos terroristas paquistaníes altamente entrenados, identificados como Abu Hureyra y Khubaib. Las fuentes han revelado que los atacantes habían cruzado recientemente a la India desde Pakistán a través de la ruta Gurez-Bandipora-Ganderbal y habían realizado un reconocimiento detallado del lugar antes de lanzar su ataque.
Según los informes, el ataque tuvo lugar el domingo y fue elegido estratégicamente debido al relativamente poco movimiento en el campamento. El tiroteo comenzó a las 7:21 p. m., y los terroristas permanecieron dentro del campamento durante aproximadamente 18 a 20 minutos, aprovechando el caos resultante a su favor y escapando con éxito del lugar. Ambos atacantes estaban armados: uno empuñaba un AK-47 y el otro un arma M4 de fabricación estadounidense.
Las imágenes de CCTV capturaron imágenes de los terroristas, que se cree que son Abu Hureyra y Khubaib, quienes se sabe que forman parte del Frente de Resistencia (TRF), un grupo terrorista asociado con Lashkar-e-Taiba (LeT). TRF se atribuyó la responsabilidad del ataque, que tuvo como objetivo un proyecto de infraestructura clave destinado a mejorar la logística de defensa de la India.
Ataque planificado a proyecto estratégico
Fuentes de inteligencia sugieren que el túnel Z-Morh, junto con el túnel Zojila, era un objetivo principal debido a su importancia para el mantenimiento de rutas de suministro durante todo el año para el ejército indio a lo largo de la Línea de Control Actual (LAC). El proyecto, una vez completado, permitiría el acceso continuo del ejército indio, una ventaja crucial para salvaguardar las fronteras de la India.
Más información de inteligencia apunta a la participación de trabajadores terrestres locales (OGW) que brindaron apoyo a los terroristas, y ambos atacantes estaban familiarizados con la Cordillera de Zabarwan entre Ganderbal y Srinagar.
Posible ángulo chino
En un giro alarmante, la organización terrorista TRF, que se atribuyó la responsabilidad del ataque, recibió el respaldo del Frente Popular Antifascista (PAFF), una rama de Jaish-e-Mohammed. En una nota de prensa publicada en las redes sociales, PAFF elogió el ataque y lo vinculó con intereses geopolíticos más amplios. La nota enfatizaba que el proyecto objetivo del ataque iba «contra nuestros intereses militares y los intereses de nuestros amigos chinos». Esto ha levantado sospechas de una posible participación o influencia china en el ataque, complicando aún más la investigación.
Mayor seguridad y reuniones de comando unificado
A raíz del ataque, el vicegobernador Manoj Sinha celebró una serie de reuniones de alto nivel con la policía de Jammu y Cachemira en Gagangeer y Raj Bhawan, seguidas de una reunión del Comando Unificado** para revisar la situación. LG Sinha ha emitido directivas claras para reforzar la seguridad en torno a todos los principales proyectos de desarrollo en Cachemira, garantizando la seguridad de los trabajadores y funcionarios involucrados en estas iniciativas.
«Tomaremos medidas estrictas para garantizar que estos terroristas, sus partidarios y toda su infraestructura sean desmantelados. La seguridad de quienes trabajan en proyectos críticos es nuestra máxima prioridad»,** dijo LG Sinha, enfatizando la necesidad de una respuesta integral.
El ataque al túnel Z-Morh no sólo ha generado preocupaciones sobre la seguridad de los proyectos de desarrollo, sino que también ha puesto de relieve la creciente complejidad de las actividades terroristas en la región, con posibles implicaciones internacionales. Mientras continúan las investigaciones, las fuerzas de seguridad y los organismos de inteligencia no escatiman esfuerzos en llevar a los responsables ante la justicia.