Los residentes de Sudán, asolado por el caos, todavía no ven mejoras sustanciales en su vida diaria y tienen pocas esperanzas de que cese el fuego.
Los enfrentamientos esporádicos continúan en la capital sudanesa, Jartum, a pesar del acuerdo recientemente alcanzado entre las Fuerzas Armadas de Sudán (SAF) y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) paramilitares para proteger a los civiles y garantizar la asistencia humanitaria.
Las partes beligerantes en Sudán firmaron un acuerdo preliminar en la ciudad portuaria saudita de Jeddah el jueves, comprometiéndose a priorizar las discusiones para lograr un alto el fuego a corto plazo para facilitar la entrega de asistencia humanitaria de emergencia y el restablecimiento de los servicios esenciales.
“La realidad es que no hubo cese al fuego después de la firma del acuerdo. El conflicto continúa como de costumbre”, dijo Marwan Diab, residente en Jartum.
“Todavía estamos viendo muchas violaciones del acuerdo, como el asesinato de civiles, la destrucción de hospitales, etc. Para mí, el acuerdo es solo palabrería y es difícil creer que ayudará con el alto el fuego”, dijo Mohamed Youssef, otro residente.
Continúan los intensos combates en Sudán:
Desde que comenzó el conflicto entre las dos fracciones en abril, Jartum ha sufrido inestabilidad en el suministro de agua y energía. La escasez de suministros médicos y mano de obra ha afectado gravemente a los residentes locales, atrapándolos en una profunda crisis humanitaria.
“En cuanto a la electricidad, algunos barrios tienen luz, mientras que otros no.
Alrededor del 35 por ciento al 40 por ciento de los vecindarios no tienen agua ni electricidad, o ven interrumpidos los suministros de agua y energía”, dijo Youssef.
“El agua y la electricidad todavía están cortadas en muchos lugares, e incluso los servicios médicos están suspendidos. Si los residentes van al hospital, se encontrarán con la escasez de materiales médicos y la escasez de mano de obra. Es posible que les digan que no hay un médico disponible, que se acabaron los vendajes o que falta sangre. Estos han interrumpido nuestra vida diaria y todos viven en una situación anormal”, dijo Youssef Mahmoud, un residente.