Los enviados de las partes beligerantes de Sudán viajaron a Arabia Saudita para conversar mientras los mediadores esperan que ponga fin a un conflicto de tres semanas.
El conflicto ha resultado en la muerte de cientos de personas con miles huyendo en busca de seguridad.
La iniciativa estadounidense-saudí es el primer intento serio de poner fin a los enfrentamientos entre el ejército y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF).
Sin embargo, las partes en conflicto dicen que solo les interesa discutir una tregua humanitaria, no negociar el fin de la guerra.
El líder de RSF, Mohamed Hamdan Dagalo, comúnmente conocido como Hemedti, dijo que esperaba que las conversaciones lograran el objetivo previsto de garantizar un paso seguro para los civiles.
– Anuncio –
Hemedti también ha prometido capturar o matar al líder del ejército Abdel Fattah al-Burhan.
El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, había emitido una orden ejecutiva que autorizaba sanciones contra Sudán.
El Sr. Biden, quien calificó la violencia como una tragedia y una traición al pueblo sudanés, dijo que la lucha debe terminar.
El presidente estadounidense dijo que la violencia en Sudán era una “amenaza para la seguridad nacional y la política exterior de Estados Unidos”.
Los combates en Sudán no han disminuido ya que los altos el fuego negociados anteriormente no se mantuvieron y continúan los intensos combates en la capital, Jartum, así como en las ciudades adyacentes de Omdurman y Bahri.
La lucha entre los grupos rivales siguió a las crecientes tensiones sobre la integración de las RSF en el ejército.
Los principales puntos conflictivos son los planes para incluir a las RSF de 100.000 efectivos en el ejército y quién lideraría la nueva fuerza.
El desacuerdo sobre el cronograma para eso ha retrasado la firma de un acuerdo respaldado internacionalmente con los partidos políticos sobre la transición a la democracia.
Migrantes africanos dejados morir en centros de detención de Arabia Saudita