Articularon un caso convincente, destacando cómo el legado del colonialismo y sus efectos persistentes han dejado al continente desproporcionadamente excluido.
Esta exclusión no es simplemente una cuestión de representación, sino que afecta directamente la capacidad de África para influir en los debates sobre cuestiones críticas, como la resolución de conflictos, el cambio climático y el desarrollo sostenible.
Los líderes enfatizaron la urgente necesidad de que los 15 miembros Consejo de Seguridad para reflejar las realidades contemporáneas, argumentando que su estructura actual es anticuada e inadecuada para abordar los complejos desafíos del mundo moderno.
Señalaron que el hecho de no incorporar un espectro más amplio de voces dentro del Consejo compromete la legitimidad y eficacia de la ONU, particularmente en la respuesta a los apremiantes desafíos de paz y seguridad de África.
‘El momento de solucionar esto es ahora’
El primer orador del día, El presidente de Malawi, Lazarus McCarthy Chakweraenfatizó que la forma en que los Estados miembros de la ONU naveguen sus relaciones –ya sea a través de la cooperación, la competencia o el conflicto– “determinará en última instancia” el mundo que moldearemos para las generaciones futuras.
“Entonces, cuando nos sentamos en esta cámara para deliberar sobre estas dinámicas entre los Estados miembros, de hecho estamos diseñando y decidiendo nuestro futuro”, afirmó.
Sin embargo, si las naciones toman en serio la cooperación, deben hacerlo con unidad y urgencia para arreglar y reformar las Naciones Unidas y otras instituciones multilaterales.
“Una solución que nosotros, los africanos, exigimos es que las Naciones Unidas adopten la democracia en el Consejo de Seguridad dándole a África dos asientos permanentes con poder de veto”, declaró el presidente Chakwera.
Destacando el creciente apoyo a una mayor representación de los Estados africanos y sus intereses en el Consejo, añadió que “el momento de arreglar esto es ahora”.
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Reconocer las claras limitaciones
William Ruto, presidente de Keniaredobló su apuesta por la necesidad de reformas.
Destacó que si bien su país está comprometido y está invirtiendo para promover la estabilidad y la seguridad dentro y fuera de la región, debemos “reconocer con franqueza” que la cooperación internacional, en su forma actual, tiene claras limitaciones.
Al mismo tiempo, la arquitectura de seguridad internacional existente, representada por el Consejo de Seguridad, obstaculiza los esfuerzos por mantener la paz y la seguridad internacionales.
«El Consejo es disfuncional, antidemocrático, no inclusivo, irresponsable, autocrático y opaco», subrayó.
Una institución que excluye a 54 países africanos, que representan a 1.400 millones de personas, mientras permite a una nación vetar las decisiones de los 193 Estados miembros restantes, es inaceptable, añadió.
«Debemos buscar urgentemente que el Consejo de Seguridad sea verdaderamente representativo, inclusivo, transparente, eficaz y responsable».
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El poder de afrontar los desafíos
El presidente de Gambia, Adama Barrow se hizo eco de esos sentimientos y recordó que Cumbre del futuroque precedió al debate de alto nivel, había determinado que las acciones humanas eran en gran medida responsables de los desafíos que enfrenta hoy la comunidad global.
«Por lo tanto, está en nuestro poder abordar hábilmente los desastres que continuamente afectan a nuestras naciones», dijo.
“Sin embargo, para tener éxito debemos volver a comprometernos a implementar las resoluciones de la Cumbre del Futuro para abordar desafíos globales críticos como el cambio climático, la pobreza, los crímenes transnacionales y los conflictos”.
Para ello, el sistema de la ONU, especialmente el Consejo de Seguridad, necesita reformas integrales urgentes, añadió.
“Debemos igualmente luchar por unas Naciones Unidas más representativas, justas e inclusivas para dar forma al mundo que tanto deseamos”.
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El consenso de Ezulweni
Dirigiéndose también a los líderes, Rey Letsie III de Lesoto Reiteró la responsabilidad primordial del Consejo de Seguridad de mantener la paz y la seguridad internacionales.
Refiriéndose al Capítulo VIII de la Carta de la ONUsobre acuerdos regionales, instó a una cooperación mayor y más efectiva entre el Consejo y las organizaciones regionales.
“El fortalecimiento de esta cooperación es crucial para la rápida resolución de los conflictos regionales”, dijo, afirmando que el Consejo de Seguridad debe reflejar la membresía de la ONU para que sus decisiones gocen de mayor legitimidad.
«Por lo tanto, abogamos por una reforma integral del Consejo de Seguridad, apoyando la posición africana común conocida como el ‘Consenso Ezulweni'», dijo.
La ONU debe seguir siendo “un lugar donde deben defenderse todas nuestras aspiraciones de una vida mejor y segura para la humanidad”, enfatizó.
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Corregir injusticias
Teodoro Nguema Obiang Mangue, Vicepresidente de Guinea Ecuatorialtambién se refirió al Consenso de Ezulweni y a la Declaración de Sirte.
En línea con estas posiciones, África ha pedido que se corrija esta injusticia durante las últimas dos décadas, dijo, reiterando las demandas de dos escaños permanentes con todos sus privilegios correspondientes, junto con cinco escaños no permanentes adicionales.
Señaló que la proliferación de conflictos es “una prueba más de la obsolescencia, la incapacidad y la ineficiencia del Consejo de Seguridad de la ONU hoy”, argumentando que en lugar de resolver conflictos, el Consejo es el lugar donde se juegan los intereses geoestratégicos.
Esto está provocando que los conflictos queden sin resolver y prolongando el sufrimiento de los afectados.
El Consejo de Seguridad debe poner fin a su “composición obsoleta que se remonta a 1945” y que perjudica a África, declaró.
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Para naciones pequeñas y grandes por igual
Sumándose a los llamamientos a las reformas, Prithvirajsing Roopun, presidente de Mauriciodestacó que tanto los Estados pequeños como los grandes “merecen tener voz”.
Además de la necesidad de reformar el Consejo de Seguridad, también señaló los actuales patrones de consumo y producción insostenibles, que están exacerbando las injusticias y las desigualdades.
“Estamos en un momento decisivo”, declaró, saludando la reciente adopción del Pacto para el Futuro.
También instó a la comunidad internacional a reconocer que la arquitectura de las instituciones globales refleja las realidades de hoy.
“Mauricio cree que la inclusión es una necesidad y no una elección. Tanto los Estados pequeños como los grandes merecen tener voz”, dijo, y añadió que África y los pequeños Estados insulares en desarrollo “tienen el lugar que les corresponde en un Consejo de Seguridad reformado.