Durante años, las botellas de plástico sin reciclar se han vertido en vertederos. Ahora, gracias a una nueva investigación de UBC Okanagan, esas botellas pueden tener una segunda vida en ese vertedero, estabilizando sus paredes de tierra.
Las botellas de plástico y los textiles usados plantean un problema cada vez mayor para los vertederos de todo el mundo. Los investigadores dicen que casi cien millones de toneladas métricas de tereftalato de polietileno (PET), también conocido como microplásticos, se producen en todo el mundo cada año, y una fracción de ese número se recicla, lo que la convierte en una de las mayores fuentes de desechos plásticos.
«Una forma en que podemos gestionar los desechos plásticos es integrándolos en la construcción geotécnica», explica el estudiante de doctorado Alok Chandra. «Al encontrar nuevas formas de usar estos plásticos desechados, podemos desviarlos de los vertederos y usarlos para estabilizar los materiales de cobertura dentro de los vertederos».
Chandra y su supervisor, el profesor de ingeniería de la UBCO Dr. Sumi Siddiqua, han desarrollado un nuevo método para incorporar residuos de PET en la estabilización de suelos arcillosos.
«Debido a su no toxicidad, baja biodegradabilidad y accesibilidad, muestra un potencial considerable para su uso en diseños de rellenos sanitarios. Sin embargo, aún se requiere una cantidad considerable de investigación», dice el Dr. Siddiqua. «Esto no solo resuelve el problema de los desechos sólidos, sino que también aumenta el valor económico de los desechos y fomenta su recirculación desde tierras y océanos ya contaminados».
El estudio sugiere que el material reutilizado fortalece el suelo y sirve como una capa resistente al agua que evitará que los contaminantes como el plomo se escapen del vertedero.
«Nuestros resultados muestran un gran potencial, pero aún queda trabajo por hacer antes de que integremos los residuos de PET en la gestión de estabilización de suelos de vertederos», dice Chandra.
La investigación se publica en la revista Gestión de residuos y financiado por el Programa de Becas de Descubrimiento del Consejo de Investigación de Ingeniería y Ciencias Naturales de Canadá.