La vista de cientos de estorninos que se lanzan en picado y se zambullen al unísono al anochecer es una de las maravillas de la naturaleza.
Los científicos y los naturalistas se han maravillado de cómo las aves forman nubes que cambian de forma, conocidas como murmullos.
Investigadores en Italia han llevado a cabo el análisis más detallado hasta el momento de la física de estas acrobacias aéreas.
Su modelo matemático sugiere que los estorninos copian las trayectorias de vuelo de otras aves y solo hacen pequeñas fluctuaciones de velocidad.
«No hay líder en un rebaño; todos imitan a sus vecinos», dijo el Dr. Antonio Culla de la Università Sapienza en Roma.
«Y cada pájaro puede cambiar un poco su velocidad de una manera muy fácil».
Los físicos analizaron imágenes de video de bandadas de estorninos que varían en tamaño desde 10 aves hasta 3,000 para desarrollar un modelo matemático para este comportamiento de bandada.
Luego usaron simulaciones por computadora de una bandada artificial de pájaros para verificar que su modelo matemático coincidiera con lo que sucede en el mundo real.
Los científicos dicen que el estudio, publicado en Nature Communications, podría ayudar a desarrollar enjambres de drones que puedan volar colectivamente sobre los campos para cuidar los cultivos. También puede ayudar a encontrar nuevas formas de rastrear los desechos espaciales.
Los murmullos son enormes grupos de estorninos que se reúnen al anochecer para descender y zambullirse en el cielo antes de posarse para pasar la noche.
Se cree que esto ofrece protección contra depredadores como los halcones peregrinos, a quienes les resulta difícil distinguir solo un estornino de una masa arremolinada de miles.