¿Lesiones de menisco o desgarros de ligamentos? Olvídate del dolor de rodilla
Con la cirugía artroscópica, la mayoría de los pacientes pueden salir del hospital el mismo día del procedimiento y experimentar una rápida recuperación.
Con el paso de los años, las articulaciones acumulan impactos y el desgaste puede provocar dolor. De hecho, para algunas personas mayores de 30 años, el dolor de rodilla forma parte de la vida diaria. Lo mismo se aplica a las personas más jóvenes que han sufrido lesiones como roturas de ligamentos o daños en meniscos. Estos traumatismos, a menudo asociados con la actividad física, pueden tratarse con procedimientos simples y mínimamente invasivos, como la cirugía artroscópica.
De Quirónsalud Alicanteel Dr. Néstor Zurita, jefe de la Unidad de Traumatología Avanzada, afirma que el progresivo avance en el instrumental y el conocimiento artroscópicos ha sido uno de los hitos en la historia de esta especialidad. Ha redefinido la anatomía, mejorado la comprensión de patologías conocidas y definido nuevos tipos de lesiones, además de permitir el tratamiento de procesos que antes carecían de opciones.
¿Qué es la artroscopia?
La artroscopia es un procedimiento quirúrgico utilizado en Ortopedia y Traumatología para diagnosticar y tratar diversos problemas y enfermedades localizadas dentro de una articulación. Esta intervención permite, a través de una incisión mínima que deja poca o ninguna cicatriz, una visión completa de la articulación a través del artroscopio, un pequeño instrumento alargado en forma de tubo que mide 4,5 mm de diámetro, que captura imágenes de alta calidad de las estructuras internas a través de la óptica. conectado a una cámara de televisión.
Además de obtener imágenes, durante la artroscopia se trata al paciente, permitiendo realizar el procedimiento quirúrgico con igual o mayor eficacia que si hubiera que abrir completamente la articulación. “Al ser un método mínimamente invasivo”, señala el Dr. Zurita, “reduce los tiempos de estancia hospitalaria, permitiendo el alta del paciente incluso el mismo día del procedimiento en la mayoría de los casos, y asegura una recuperación temprana”.
¿En qué casos se recomienda?
Como señala el Dr. Fernando Jordá, jefe del Unidad de Rodilla en Quirónsalud Torreviejaseñala, cualquier lesión que afecte al interior de la articulación y que no requiera implantes grandes generalmente es apta para artroscopia. En concreto, la rodilla es la articulación donde con mayor frecuencia se realiza esta técnica.
Las lesiones de menisco son una de las patologías más comunes en la rodilla, y su tratamiento casi siempre es artroscópico. El menisco es un cartílago que proporciona amortiguación a la rodilla y su lesión suele provocar dolor, especialmente durante movimientos como la flexión. “Gracias a la artroscopia, que permite visualizar e intervenir el tejido, hemos podido definir numerosos patrones de rotura. El tratamiento de los desgarros en el borde interno del menisco pasa por recortarlo, ya que no tiene capacidad curativa, pero los avances han llevado a intentar curar y preservar la mayor parte posible del menisco, con un continuo e imparable desarrollo de técnicas para repararlo. diversas formas de rotura”, explica el Dr. Jordá.
En el caso de las lesiones del ligamento cruzado anterior (LCA), estos desgarros son bien conocidos en los círculos deportivos y generalmente ocurren por un traumatismo que inclina la rodilla hacia adentro mientras está flexionada y apoyada, a menudo acompañada de una torsión del cuerpo. Una vez roto, este ligamento, salvo casos muy particulares, no puede repararse; en cambio, se reemplaza con otro ligamento tomado de la propia rodilla del paciente, que se coloca en lugar del ligamento cruzado anterior desgarrado para realizar la misma función estabilizadora.
Otras situaciones que requieren artroscopia para diagnóstico o tratamiento incluyen:
- Desgaste o degeneración del cartílago articular.
- Fragmentos o cuerpos sueltos de hueso o cartílago dentro de la articulación.
- Inflamación del revestimiento sinovial.
- Mala alineación o tendencia a dislocarse.
- Rotura o degeneración de tendones.
Cuidados después de la artroscopia
Como la cicatriz generada por esta cirugía es mínima, los cuidados postoperatorios son más sencillos. Para lograr una curación rápida y eficaz es necesario cuidar los apósitos, evitar ambientes sucios y polvorientos y mantener seca la zona circundante. Para prevenir la hinchazón o edema es recomendable sentarse o tumbarse con el pie elevado lo máximo posible y evitar tener la pierna operada en posición baja. También es frecuente requerir el uso de muletas para limitar la carga de peso sobre la pierna operada.
Rehabilitación: un papel crucial en la recuperación
Rehabilitación juega un papel vital en el regreso a las actividades diarias. Después de la artroscopia, es fundamental generar estímulos adecuados y consistentes en la articulación tratada para restaurar todas sus capacidades. En este caso, los fisioterapeutas son los encargados de supervisar este proceso de recuperación, por lo que cuanto mayor sea la comunicación e interacción entre estos profesionales y los cirujanos, mejores serán los resultados finales.
El tiempo que suele transcurrir desde la realización de la artroscopia hasta que el paciente puede retomar sus rutinas habituales varía en función de la patología a tratar. Para las lesiones de menisco, el período de recuperación habitual es de aproximadamente 4 a 6 semanas, mientras que las lesiones de ligamentos pueden tardar de 6 a 9 meses.
Los beneficios de la artroscopia
En comparación con la cirugía abierta, la artroscopia ofrece numerosos beneficios:
- Minimiza el daño durante el proceso quirúrgico para acceder a la zona a tratar.
- Permite la visualización de toda la articulación, a diferencia de la cirugía abierta, que se limita a la vista desde la incisión. Con la artroscopia se puede ver la parte posterior de la articulación.
- Los tejidos se magnifican, de manera similar a usar una lupa, aproximadamente de 3 a 4 veces. Esto, junto con las imágenes de alta definición, permite una evaluación mucho mejor de los tejidos, delineando las lesiones con mucha mayor precisión.
- El riesgo de infección se reduce significativamente, ya que no hay campos expuestos al medio ambiente y el procedimiento generalmente se realiza con un flujo constante de solución salina que lava continuamente el área quirúrgica.
- Todo ello se traduce en una reducción de la duración de la estancia hospitalaria, del dolor, de las complicaciones y de una mejora en la velocidad de recuperación.
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