Muchos edificios históricos se construyeron con piedra caliza, como la Catedral de San Esteban de Viena. La piedra caliza es fácil de trabajar, pero no resiste bien la intemperie. Se compone principalmente de minerales de calcita que se unen entre sí de forma relativamente débil, por lo que partes de la piedra se siguen desmoronando a lo largo de los años, lo que a menudo requiere costosos tratamientos de restauración y conservación.
Sin embargo, es posible aumentar la resistencia de la piedra tratándola con nanopartículas de silicato especiales. El método ya se está utilizando, pero hasta ahora no estaba claro qué sucede exactamente en el proceso y qué nanopartículas son las más adecuadas para este propósito. Un equipo de investigación de TU Wien y la Universidad de Oslo ahora ha podido aclarar exactamente cómo se lleva a cabo este proceso de endurecimiento artificial a través de elaborados experimentos en el sincrotrón DESY en Hamburgo y con exámenes microscópicos en Viena. De esa forma, el equipo podría determinar qué nanopartículas son las más adecuadas para este propósito.
Una suspensión acuosa con nanopartículas
«Usamos una suspensión, un líquido, en el que las nanopartículas inicialmente flotan libremente», dice el profesor Markus Valtiner del Instituto de Física Aplicada de TU Wien. «Cuando esta suspensión entra en la roca, la parte acuosa se evapora, las nanopartículas forman puentes estables entre los minerales y le dan a la roca una estabilidad adicional».
Este método ya se usa en tecnología de restauración, pero hasta ahora no se sabía exactamente qué procesos físicos tienen lugar. Cuando el agua se evapora, ocurre un tipo muy especial de cristalización: normalmente, un cristal es una disposición regular de átomos individuales. Sin embargo, no solo los átomos, sino también las nanopartículas enteras pueden organizarse en una estructura regular; esto se denomina «cristal coloidal».
Las nanopartículas de silicato se unen para formar tales cristales coloidales cuando se secan en la roca y, por lo tanto, crean conjuntamente nuevas conexiones entre las superficies minerales individuales. Esto aumenta la resistencia de la piedra natural.
Mediciones en el centro de investigación a gran escala DESY y en Viena
Para observar este proceso de cristalización en detalle, el equipo de investigación de TU Wien utilizó la instalación de sincrotrón DESY en Hamburgo. Allí se pueden generar rayos X extremadamente fuertes, que se pueden utilizar para analizar la cristalización durante el proceso de secado.
«Esto fue muy importante para comprender exactamente de qué depende la fuerza de los enlaces que se forman», dice Joanna Dziadkowiec (Universidad de Oslo y TU Wien), la primera autora de la publicación en la que ahora se presentan los resultados de la investigación. «Usamos nanopartículas de diferentes tamaños y concentraciones y estudiamos el proceso de cristalización con análisis de rayos X». Se demostró que el tamaño de las partículas es decisivo para una ganancia de fuerza óptima.
Con este fin, la TU Viena también midió la fuerza adhesiva creada por los cristales coloidales. Para ello, se utilizó un microscopio de interferencia especial, que es perfectamente adecuado para medir pequeñas fuerzas entre dos superficies.
Partículas pequeñas, más fuerza
«Pudimos demostrar: cuanto más pequeñas son las nanopartículas, más pueden fortalecer la cohesión entre los granos de minerales», dice Joanna Dziadkowiec. «Si usa partículas más pequeñas, se crean más sitios de unión en el cristal coloidal entre dos granos de minerales, y con la cantidad de partículas involucradas, la fuerza con la que mantienen unidos a los minerales también aumenta». También es importante cuántas partículas están presentes en la emulsión. «Dependiendo de la concentración de partículas, el proceso de cristalización procede de forma ligeramente diferente, y esto influye en cómo se forman los cristales coloidales en detalle», dice Markus Valtiner. Los nuevos hallazgos ahora se utilizarán para hacer que el trabajo de restauración sea más duradero y más específico.
Fuente de la historia:
Materiales proporcionado por Universidad Tecnológica de Viena. Nota: el contenido se puede editar por estilo y longitud.