Un plato de tapas llamado pericana, procedente de Alicante en la Costa Blanca (Foto: Turismo Alcoi)
Todas las Costas de España tienen sus platos regionales específicos, algunos de los cuales se sirven en toda España y otros sólo se comen en determinadas regiones. Aquí tienes una selección de los mejores.
Porra Antequerana de la Costa del Sol
En la Costa del Sol, un plato regional muy famoso es la Porra Antequerana. El plato es originario de la localidad de Antequera en la provincia de Málaga. Sus orígenes se remontan a la época romana cuando el uso del pan como espesante en sopas y guisos era habitual en la cocina de la antigua Roma. Contiene tomate, pan, aceite, ajo y pimiento y suele ir acompañado de jamón serrano y huevos duros.
Pericana de la Costa Blanca
La pericana es una tapa tradicional española de la provincia de Alicante, en la Costa Blanca. Es especialmente popular en Alcoy y sus alrededores. Se prepara con bacaladilla (incluido bacalao, eglefino y abadejo), pimientos secos y aceite de oliva. Es un plato que fue creado por los pastores. A veces se sirve como entrante, ya que estimula las papilas gustativas.
Gurullos de la Costa Almería
En la zona de la Costa Almería, los gurullos son un plato regional muy popular, que se elabora a partir de un tipo de pasta alargada que tiene forma de grano de arroz. Suele contener conejo y se condimenta con azafrán. Este plato se remonta a los moros que gobernaron muchas partes de España durante 800 años.
Filetes de anchoas de la Costa Brava
La localidad de L’Escala, situada en la Costa Brava, es famosa por un plato de tapas conocido como filetes de anchoas. En el siglo XIX, los pescadores comenzaron a salar anchoas. Como tapa se sirven de diferentes formas. Existen las opciones más tradicionales y comunes como fritas o marinadas en vinagre, pero muchos lugares las ofrecerán al estilo moruno en el que se preparan con ajo, comino, perejil, harina, sal y pimentón. Luego se rebozan y se fríen o se cuecen al horno.
Calcotas de la Costa Dorada
Los calçots son cebolletas dulces y tiernas que se suelen servir como tapa en la Costa Dorada. Tradicionalmente se preparan directamente al fuego, lo que quemará la capa exterior pero mantendrá el interior tierno y sabroso. Se acompañan de salsa romesco o salvitxada. Por lo general, se sirven sobre baldosas para conservar el calor. La forma de comer los calçots también es un ritual. Hay que quitar la capa quemada con las manos y luego mojarla en la salsa. Como es casi imposible no mancharse, a menudo la servilleta se utiliza como babero. Cabe destacar que los calçots son un producto de temporada. Puedes comerlos desde mediados de invierno hasta mediados de primavera. El origen del plato varía según a quién se le pregunte, pero el más conocido se atribuye al Xat de Benaiges, un campesino que vivía en la localidad de Valls, en la provincia de Tarragona. A finales del siglo XIX. Se dice que este campesino puso al fuego un par de brotes de cebolla, y se dio cuenta del delicioso sabor de este plato. Luego se convirtió en un alimento común en todas las casas de la región.