Los participantes en el diálogo nacional de Mali el viernes recomendaron extender la transición a la democracia liderada por los militares por tres años y permitir que el líder de la junta Assimi Goita se presente a las eventuales elecciones.
El país de África occidental ha estado bajo un gobierno militar desde un golpe de estado en 2020, y han aumentado las tensiones por el incumplimiento por parte de la junta de un cronograma prometido para el regreso al gobierno constitucional.
Las consultas nacionales que duraron meses, que fueron boicoteadas por muchos miembros de la oposición, culminaron el viernes con una serie de recomendaciones, incluida la extensión de la transición de dos a cinco años, prolongando efectivamente el gobierno de la junta hasta 2027.
Es probable que el retraso sustancial profundice las preocupaciones sobre un retroceso democrático en África occidental y central, donde ha habido ocho golpes de estado en los últimos cuatro años.
En el frente de la seguridad, los participantes en las consultas aconsejaron a las autoridades estar abiertas al diálogo con los grupos armados islamistas y colaborar con todos los movimientos armados malienses.
En la franja sur del desierto del Sahara, Mali ha estado plagada de violencia desde 2012, cuando militantes islamistas secuestraron un levantamiento de los grupos tuareg que se quejaron de la negligencia del gobierno y buscaron autonomía para la región desértica que llaman Azawad.
La profunda inseguridad, las dificultades económicas, los retrasos electorales y la reciente decisión de las autoridades de limitar las actividades políticas han avivado la frustración con la junta en algunos sectores. En abril se formó una alianza de partidos políticos y organizaciones de la sociedad civil que se negaron a participar en el diálogo nacional.