México celebrará en junio comicios históricos marcados por la campaña electoral más violenta de años recientes, durante la que han muerto más de 30 candidatos locales y aumentado los ataques del crimen organizado, una tendencia que podría continuar en las próximas semanas, según expertos.
«En el 2024 ya hemos contabilizado más de 50 ataques del crimen organizado contra candidatos y precandidatos (…) y probablemente acumularemos más en las próximas dos semanas, justo antes de que ocurran las elecciones», afirmó Sandra Ley, coordinadora del Programa de Seguridad del centro de pensamiento México Evalúa.
Las agresiones hacia autoridades electorales y aspirantes incluyen asesinatos, secuestros, desapariciones e intimidaciones. Estos incidentes se han triplicado en los últimos 20 años, precisó Ley en un evento organizado por la Institución Brookings, con sede en Washington, donde además advirtió sobre el «número creciente» de muertes de candidatos.
Más de 30 aspirantes a puestos de gobernación han sido asesinados desde junio de 2023 hasta mediados de mayo, revelan registros del mexicano Laboratorio Electoral.
Las muertes relacionadas con el proceso electoral del país norteño incrementan a 64 si se incluyen además líderes locales, colaboradores partidistas y familiares de candidatos, según datos de la organización.
Encuestados y funcionarios electorales también enfrentan amenazas, acoso y detenciones arbitrarias.
Elecciones históricas con trasfondo de violencia
Estos comicios en México decidirán no solo quien ocupará la Presidencia, sino también nueve gobernaturas y unos 20.000 puestos de gobierno a todos los niveles en 30 de los 32 estados mexicanos y el Congreso Federal, «un cambio total de la arena política», aseguraron los expertos.
Este tipo de actividad electoral tiende también a exacerbar la violencia endémica de una nación marcada por el poder del crimen organizado.
«Estas elecciones también se desarrollan en el contexto de seis años de la administración de Andrés Manuel López Obrador caracterizadas por una erosión significativa de los controles y equilibrios democráticos y la combinación de estas instituciones más débiles y un crimen organizado muy violento, muy poderoso y ambicioso. está teniendo un impacto significativo en las elecciones”, indicó la analista del Instituto Brookings, Vanda Felbab-Brown.
De acuerdo con la investigación de México Evalúa, el 77% de los ataques del crimen organizado están dirigidos a autoridades y candidatos municipales, la mayoría entre los puestos a elegir en junio. «Ahí es donde el crimen organizado intenta mantener o establecer el control», en el nivel local, precisó Sandra Ley.
«También deberíamos preocuparnos por la violencia que surgirá después de las elecciones. (…) Esta especie de renovación de todo un conjunto de actores políticos está asociada con un aumento de la violencia en general, pero también de ataques del crimen organizado contra autoridades políticas», insistió el analista.
Esto también influye en la asistencia a las urnas en los territorios afectados. «Por cada ataque contra las autoridades, vemos una disminución del 3 % en la participación en esos municipios», agregó Azucena Cháidez, directora ejecutiva de SIMO Consulting, dedicada al análisis de fenómenos sociales y económicos en México.
Una responsabilidad «enorme» para la próxima presidenta
Las elecciones de junio en México también harán historia porque de ellas saldrá la primera mujer presidenta en la historia del país. La oficialista Claudia Sheinbaum y la opositora Xóchilt Gálvez son las principales candidatas a la jefatura de un país con altas cifras de feminicidios y violencia de género.
«Hay una multiplicación de la violencia, de ataques del crimen organizado contra autoridades políticas, pero también de desapariciones, de desplazamientos forzados, extorsión. El crimen se está apoderando de economías y sociedades enteras, y eso es algo que ninguno de las candidatas (presidenciales). ) está reconociendo”, remarcó Ley.
La experta reconoció que la llegada de una mujer a la Presidencia «envía un mensaje de que la situación está cambiando» y sobre la posibilidad de «empezar a romper más techos de cristal», pero al mismo tiempo no significa la adopción de una agenda más. feminista o políticas concretas en cuanto al crimen organizado.
Scheibaum y Gálvez «se han centrado en atacarse unos a otros y no conocemos sobre la sustancia de esas políticas, solo en general», advirtieron las expertas en el debate.
«Para quien llegue a la Presidencia, esta sería una responsabilidad enorme», destacó el analista de México Evalúa. «De lo contrario, no hablaremos de unos 100 atentados, hablaremos de millas de ataques del crimen organizado hacia el proceso electoral dentro de seis años», concluyó.
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