“Aristides de Sousa Mendes fue un faro de coraje, compasión y convicción en un mundo de colapso moral total”, dijo Guterres en un discurso. mensaje de video inaugurar el Museo Arístides de Sousa Mendes en la localidad de Carregal do Sal.
Aristides de Sousa Mendes fue un diplomático portugués radicado en Burdeos, Francia, que desafió las órdenes de su propio gobierno de sellar pasaportes y visas que permitieron a miles de personas huir a Portugal.
Pasaje seguro
Un visado portugués les permitió pasar con seguridad por España, que oficialmente era neutral. Sin embargo, la infame directiva portuguesa «Circular 14» instruía a los diplomáticos a negar refugio a los refugiados, en particular a los judíos, los rusos y otras personas apátridas que no pudieran regresar a su país.
Cuando los nazis se acercaron rápidamente al consulado de Burdeos donde trabajaba Mendes, este se enfrentó a una dura elección entre seguir órdenes o salvar vidas. Eligió lo segundo y declaró: “Prefiero estar con Dios contra el hombre que con el hombre contra Dios”.
‘Vidas salvadas y vidas vividas’
Trabajando día y noche, Mendes estableció un sistema rápido para sellar y firmar pasaportes y emitir miles de visas que salvaban vidas en junio de 1940.
“Su legado son vidas salvadas y vidas vividas, incluida una niña que, años después, se convertiría en la madre de mi propio portavoz en las Naciones Unidas”, dijo el jefe de la ONU, que sirvió como Primer Ministro de Portugal entre 1995 y 2002.
Mendes tuvo que pagar por su heroísmo. El dictador portugués António de Oliveira Salazar, que gobernó el país durante cuarenta años hasta 1968, lo expulsó del cuerpo diplomático sin pensión alguna y lo dejó morir en la pobreza.
Afortunadamente, en las décadas transcurridas desde entonces, la magnitud y la valentía de sus acciones han sido gradualmente reconocidas, dijo el Secretario General.
“Este museo, en su hogar ancestral, es una parte fundamental de esos esfuerzos”, subrayó Guterres.
El recuerdo de Mendes
La inauguración del museo llega en un “momento vital”, ya que el número de personas obligadas a huir de sus hogares ha alcanzado un nivel récord y “el odio y la intolerancia están a la orden del día”, señaló Guterres.
“Corremos el riesgo de olvidar nuestra humanidad compartida”, enfatizó.
En este contexto, el Sr. Guterres hace un llamamiento a la gente de todo el mundo para que se inspire en el recuerdo del Sr. Mendes y se anime gracias a su valentía.
“Comprometámonos a defender los derechos humanos y la dignidad de todos, y a oponernos a la discriminación, la intolerancia y el odio cuando y dondequiera que aparezcan”, afirmó el Secretario General.