Una iniciativa de la UNESCO en los sitios patrimoniales en peligro de Bamiyan, Afganistán, se reanudó después de su repentina pausa luego de la toma del poder por parte de los talibanes en 2021.
El proyecto financiado por Italia se centra en la preservación del valle de Bamiyán, cuyo paisaje cultural y restos arqueológicos fueron incluidos en la lista del Patrimonio Mundial en Peligro de la UNESCO en 2003. El área contiene numerosas pinturas murales y reliquias religiosas del siglo III al V d.C.
Los objetivos del proyecto incluyen el fortalecimiento de la infraestructura en el sitio y el desarrollo de un plan de conservación a largo plazo, en el proceso proporcionando generaciones de empleo a la comunidad local. Se prestará especial atención a los acantilados de Bamiyán, un largo tramo rocoso de las tierras altas centrales de Afganistán, y Shahr-i Ghulghulah, una fortaleza que data de los siglos VI al X EC. Tallados en los acantilados hay numerosos artefactos budistas, que alguna vez incluyeron un famoso par de estatuas de Buda sentado que fueron destruidas por los talibanes en 2001.
“El valle de Bamiyán es la expresión más monumental del budismo occidental. Fue un importante centro de peregrinaje durante muchos siglos”, escribió la UNESCO en su cita. “Debido a sus valores simbólicos, los monumentos han sufrido en diferentes momentos de su existencia, incluida la destrucción deliberada en 2001, que sacudió al mundo entero”.
Tras la toma del poder por parte de los talibanes, la financiación internacional para Afganistán se detuvo de inmediato, incluida la ayuda humanitaria y para el desarrollo. Mientras tanto, el patrimonio del país quedó en gran parte indefenso frente a daños y saqueos. En varios comunicados, la Unesco hizo un llamado a las precauciones para salvaguardar los artefactos históricos de la región de la organización, dada su destrucción cultural “bien documentada”.
La UNESCO opera en el país dentro de los perímetros del Transitional Engagement Framework (TEF), un documento de planificación estratégica para su asistencia en el país implementado en 2022. El plan prioriza la ayuda humanitaria y la preservación del patrimonio local, pero restringe cualquier legitimación del régimen talibán. .
Además de Bamiyan, la UNESCO se dedica actualmente a la preservación del minarete y los restos arqueológicos de Jam, un sitio del Patrimonio Mundial en el oeste de Afganistán; y sitios en Zabul, Kandahar, Kabul y Ghazni.