La Sra. Helen La Lime instó a los embajadores a actuar con decisión y ayudar a abordar los flagelos persistentes de la inseguridad y la corrupción, que junto con una crisis de salud están “acelerando la espiral descendente de Haití”.
Más temprano el lunes, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, dijo a los periodistas que el bloqueo actual de suministros civiles y humanitarios vitales en la capital de Puerto Príncipe por parte de bandas fuertemente armadas, y el creciente riesgo que representa el cólera, requiere “armas armadas”. acción” para crear un corredor humanitario que salve vidas.
“Estoy hablando de algo que se debe hacer con estrictos criterios humanitarios, independientemente de las dimensiones políticas del problema que deben resolver los propios haitianos”, explicó, y agregó que había estado instando a la Consejo de Seguridad actuar, fortalecer la policía nacional con capacitación y equipamiento, pero la crisis actual “significaba que había que hacer más”.
El cólera y la crisis del combustible
La Sra. La Lime subrayó que en solo unas pocas semanas, se han confirmado docenas de casos de cólera, con más de la mitad con resultado de muerte y cientos más sospechosos en los Departamentos Oeste y Centro.
Y mientras los casos indocumentados de la enfermedad mortal transmitida por el agua aumentan en partes de la capital, las pandillas continúan bloqueando la terminal de Varreux, donde se almacena la mayor parte del combustible del país.
“Las consecuencias para la infraestructura básica de Haití han sido graves, interrumpiendo las operaciones en los hospitales y proveedores de agua del país, afectando la respuesta al cólera”, dijo a los miembros del consejo, y subrayó que sin combustible, la basura no se puede sacar de los barrios, mientras que las lluvias torrenciales provocan inundaciones, que se mezcla con desechos “para crear condiciones insalubres propicias para la propagación de enfermedades”.
Advirtió que hasta el momento, ni el trabajo de la Policía ni los llamados del cuerpo diplomático, incluida la ONU, para el establecimiento de un corredor humanitario han tenido éxito.
Crisis de inseguridad
El Representante Especial dijo que se han denunciado casi mil secuestros solo en 2022, y la inseguridad general continúa impidiendo que millones de niños asistan a clases, aísla barrios enteros y deja a las familias expuestas a la extorsión, con algunos quemados vivos en sus propios hogares.
“Es de esperar que la llegada este fin de semana a Puerto Príncipe de importantes equipos tácticos adquiridos por haitianos, entregados por Canadá y Estados Unidos, ayude a la policía a recuperar el control de la situación”, enfatizó.
Crisis de derechos humanos y hambre
La Sra. La Lime subrayó que cualquier apoyo de seguridad mejorado a la Policía Nacional también debería ir acompañado de apoyo al sistema de justicia: tanto para garantizar una rendición de cuentas adecuada como para reforzar las iniciativas dirigidas a nivel nacional, como las unidades judiciales propuestas especializadas en enjuiciar delitos relacionados con pandillas, así como delitos financieros.
“Bajo tal estado de disturbios civiles persistentes, violencia y saqueo (incluido el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) almacenes), los derechos básicos se están socavando flagrantemente en todo el país. Las pandillas siguen hiriendo, secuestrando, violando y matando”, describió.
Y si esto no fuera suficiente, la privación económica también está dejando a la población en su estado más vulnerable en años: con la violencia de las pandillas impidiendo una respuesta humanitaria proporcional al cólera y la escasez de alimentos.
Un récord de 4,7 millones de personas se enfrentan al hambre aguda, incluidas decenas de miles que ahora están al “borde de la inanición”.
“Para apoyar a las instituciones haitianas en su impulso por el orden cívico y la rendición de cuentas, y para salvar miles de vidas que de otro modo se perderían, los miembros de este Consejo deben actuar, y de manera decisiva, para ayudar a abordar los flagelos persistentes de la inseguridad y la corrupción en Haití”. , concluyó.