Tres hombres que vendieron pasaportes falsos a algunos de los delincuentes más buscados y violentos del Reino Unido fueron encarcelados hoy, 26 de mayo, por seis y ocho años.
Anthony Beard, 61 años, de Sur de Londres actuó solo inicialmente. Estaba pagando a las personas por sus pasaportes reales y luego agregando fotos de delincuentes. Se cree que pagó solo 100 libras esterlinas por los pasaportes, pero los vendió por entre 15.000 y 20.000 libras esterlinas.
Es posible que Beard haya fabricado más de 100 de estas falsificaciones durante dos décadas, ayudado en parte por Chris McCormack, un gángster que conoció algunos años después de su carrera y que lo ayudó a expandir su red de clientes.
Con McCormack, de 67 años, también conocido como Christopher Zietek, un presunto «ejecutor» de las bandas criminales que aparentemente contaba con la confianza de los gánsteres en fuga, la pareja tenía acceso a una gran red de clientes.
Noticias de última hora de la BBC le mostró en Gorjeo imprimir fotos de delincuentes para usar en sus pasaportes fraudulentos.
Estafadores encarcelados por vender pasaportes falsos a algunos de los criminales más buscados del Reino Unido https://t.co/3cqRhUVQkJ
— Noticias de última hora de la BBC (@BBCBreaking) 16 de mayo de 2023
Juntos proporcionaron sus documentos fraudulentos a gánsteres, traficantes de drogas y armas y varios criminales de renombre, incluido el jefe del cartel irlandés Christy Kinehan Snr y Jamie Acourt, sospechosos de participar en el asesinato de Stephen Lawrence.
Acusado de suministrar a personas en la cima del crimen organizado por la Agencia Nacional del Crimen, Beard fue encarcelado por seis años y McCormack por ocho. Se observó que Beard había tomado pasaportes de personas vulnerables con la premisa de ayudarlos a renovarlos.
Un tercer hombre, Alan Thompson, de 72 años, fue implicado como cómplice de McCormack, pero se consideró que tenía un papel menor que los otros dos. Se dijo que McCormack dirigió la operación, o al menos la parte que vendió a los principales delincuentes.
El juez Ainley fue informado por el BBC haber descrito el esquema como: “una operación altamente profesional y calificada. Fue para permitir que criminales muy malvados, sofisticados y violentos escaparan de la justicia proporcionándoles documentos que, debido a que eran genuinos, engañarían a las autoridades para permitirles escapar”.