El río Rugumba estalló en sus orillas, inundando grandes áreas de los territorios de Kalemie y Nyunzu, destruyendo hogares, escuelas y tierras agrícolas.
Miles se han quedado sin refugio o un medio para ganarse la vida, mientras que los cultivos clave como la yuca, el maíz y el maní han sido aniquilados, empeorando una situación de inseguridad alimentaria ya grave en el país.
Además, las aguas de inundación estancadas y contaminadas están planteando preocupaciones sobre el riesgo de brotes de enfermedades, con casos de cólera reportados en Tanganyika ya seis veces más alto que durante el mismo período del año pasado.
Una doble crisis
Cañón portavoz Eujin Byundicho La emergencia que se desarrolla refleja la «doble crisis» en la RDC, donde las personas enfrentan choques meteorológicos además del conflicto en curso y el desplazamiento masivo.
«La inundación ha afectado a una comunidad ya bajo tensión severa», dijo a periodistas en Ginebra.
«Desde enero, Tanganika ha recibido alrededor de 50,000 personas desplazadas internamente (desplazadas intermedias) que huyen de la violencia en el sur de Kivu. Muchos habían estado protegiendo en casas, iglesias y escuelas locales, ahora dañadas o destruidas».
Tanganika y South Kivu se encuentran entre las cuatro provincias orientales en las que unos 2.3 millones de personas se ven afectadas por el conflicto en curso y los temores de hambre están aumentando, según evaluaciones recientes.
Las otras provincias son North Kivu e Iruri.
Déficit de financiación
El ACNUR y los socios están brindando apoyo de emergencia, que incluyen refugio, agua limpia, alimentos y atención médica, pero las brechas de financiación críticas están obstaculizando la respuesta.
Los informes también indican que algunos refugiados congoleños que recientemente huyeron a Burundi han regresado a la RDC, citando acceso limitado a alimentos, refugios y servicios básicos.
Al mismo tiempo, los refugiados congoleños continúan cruzando la frontera hacia los países vecinos en busca de seguridad. Hasta el momento, casi 120,000 personas han llegado a Burundi, Tanzania y Uganda, con más de 5,500 entrando en Uganda durante la semana pasada.
«Esta tendencia destaca la necesidad urgente de un mayor apoyo en ambos países anfitriones y áreas de devolución para abordar los desafíos que enfrentan los retornados y los refugiados en los países vecinos», dijo la Sra. Byun.
Ella enfatizó la necesidad de una respuesta humanitaria coordinada y robusta, pero señaló que el ACNUR solo ha recibido el 20 por ciento de los fondos requeridos para sus operaciones en la RDC.
«La gente de la RDC necesita una gran necesidad de ayuda, y sin intervención oportuna y adecuada, las consecuencias de esta trágica ‘doble crisis’ solo se profundizarán», advirtió.