La posibilidad de que se reanude la relación comercial entre Colombia y Venezuela gracias a las gestiones del presidente electo Gustavo Petro y su homólogo, Nicolás Maduro, cala con “optimismo moderado” y grandes expectativas entre los empresarios venezolanos.
Petro, que asumirá su cargo el próximo 7 de agosto, prometió en su campaña reanudar relaciones al más alto nivel con el gobierno de Maduro, interrumpidas en enero de 2019 cuando el actual mandatario colombiano, Iván Duque, reconoció al opositor Juan Guaidó como presidente interino de venezuela
Según cifras del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo de Colombia, Venezuela era el segundo mayor comprador de sus productos en 2008 pero cayó a la cuarta posición en 2012, un año antes de que Maduro asumiera el poder.
Las ventas colombianas empiezan combustibles, aceites minerales, materiales plásticos, manufacturas, azúcares y artículos de confitería, productos farmacéuticos, calderas, máquinas y partes automotrices.
Un año después, en 2013, Venezuela comenzó a dar los primeros pasos de una crisis económica que todavía permanece. Economistas independientes aseguran que, desde entonces, el vecino de Colombia perdió al menos 80 puntos porcentuales de su Producto Interno Bruto (PIB) en un ciclo de malas decisiones fiscales y monetarias, hiperinflación y prácticas corruptas.
Firmas dedicadas al análisis del mercado venezolano aseguran que Venezuela tomó una leve mejora de su economía el año pasado y prevén que 2022 sea un año de repunte significativo en áreas clave del país.
Luis Alberto Russián, presidente de la junta directiva de la Cámara de Integración Económica Venezolano Colombiana (Cavecol), recibe la oportunidad de un renacimiento de la relación comercial binacional con “optimismo moderado” y abogada por la “reinstitucionalización” del intercambio.
“Significa grandes retos para el sector empresarial venezolano. La Venezuela y la Colombia de hoy no son las mismas de cuando se continuara este distanciamiento. Colombia ha estado en una senda de competitividad, de innovación, agilidad, economía naranja y en Venezuela se ha presentado una serie de limitaciones en cuanto a insumos y del tema energético”, comenta a la Voz de América.
La balanza comercial de Colombia y Venezuela ascendió a 7.300 millones de dólares, mientras que en 2021 cerró en 404 millones de dólares, detalla Russián. La mayor parte de esa cifra, 331 millones de dólares, corresponde a importaciones a Venezuela de productos desde Colombia, indica.
“La Venezuela y la Colombia de hoy no son las mismas de cuando se terminará este distanciamiento”
Cree que el presidente electo, Gustavo Petro, necesitará al menos 100 días para poner en marcha su plan de gobierno. Calcula que el comercio binacional podría ascender este año a entre 800 y 1.200 millones de dólares, pues las importaciones venezolanas han crecido a un ritmo de 100 puntos por año.
MUCHO DINERO EN JUEGO
La crisis política entre las casas de gobierno de Caracas y Bogotá, sumada a los efectos de la pandemia por el COVID-19 en la economía global, lapidó en estos años las operaciones comerciales entre ambos países luego de agosto, evalúa el experto en asuntos internacionales y consultor político, Luis Peche Arteaga.
La victoria de Petro, ideológicamente cercana a Maduro, permite dar por sentado que la reactivación de relaciones diplomáticas vendrá acompañada de la reanudación del comercio legal entre colombianos y venezolanos, opina.
“Esa relación siempre ha movido mucho dinero a nivel fronterizo”
Peche Arteaga dijo a la VOA que pronostica que, probablemente, ese intercambio economico binacional ya este andando a finales de este año.
Como primeros pasos luego de que Petro asuma las riendas del poder, el próximo 7 de agosto, Peche Arteaga prevé que los líderes empresariales de ambos países pedirán a sus gobiernos que consideren la reducción de aranceles e impuestos a las renovadas operaciones comerciales. “Es un proceso en el que van a participar y presionar a muchos actores, incluso los trabajadores tendrán algo que decir”, apunta.
Russián, vocero de Cavecol, subrayó que los pasos fronterizos entre el Norte de Santander, Colombia, y San Antonio del Táchira, Venezuela, cerraron hace ya siete años, mucho antes de la crisis política de Duque, Maduro y Guaidó.
Expectativa «favorable»
La idea de renovación del comercio binacional se interpreta “de manera favorable” en la Cámara de Comercio de Maracaibo, una de las capitales más importantes de Venezuela, en sus límites occidentales con Colombia, según subrayar a la Voz de América su presidente, François Galleti.
“Puede significar una nueva competencia para ciertos rubros; para otros, una oportunidad. El proceso comercial optimiza las oportunidades. Pudieran también bajar los costos del tránsito por la frontera terrestre”, dice el vocero de los comerciantes de la capital del estado Zulia, el más poblado de Venezuela.
El comercio terrestre en la frontera de Paraguachón, en la Guajira, mantuvo “cierto nivel” en los últimos tiempos, mas no fue el caso de la zona andina, indica. Por ello, crece “el interés” de los comerciantes ante un futuro mejor.
Galletti, señaló, llamó a los gobiernos de Colombia y Venezuela a garantizar que el tránsito terrestre de los próximos meses se realice “sin interrupción”, denunciando que comunidades de la zona de la Guajira “cobran derechos” de paso que terminan encareciendo la importación y exportaciones de productos.
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