Ryan Mink
¿Quién de nosotros no ha oído el sonido del cinturón de seguridad? Para Mark Andrews, ese sonido puede haberle salvado la vida.
Aproximadamente un mes después de un grave accidente automovilístico, Andrews compartió más detalles sobre lo que sucedió en el podcast «The Lounge» esta semana.
Andrews se dirigía al trabajo cuando ocurrió el accidente, no muy lejos del Under Armour Performance Center. Iba en la Toyota Tundra 2014 que su padre le había regalado como regalo de graduación, en recompensa por haber sido nombrado All-American de la Big-12.
«Pensé que la gente probablemente se despierta en el hospital y lo último que oye es el sonido del cinturón de seguridad», dijo Andrews. «Y es como un momento en el que piensas: ‘Oh, mierda, debería ponérmelo’. Y luego me lo puse y dos minutos después, me metí en ese accidente.
«Sabía que si no llevaba el cinturón de seguridad abrochado, saldría volando por todos lados. Eso me salvó la vida. Dios me había dicho que, cuando oí el sonido del cinturón de seguridad, me dijera que me lo pusiera».
Nuestros expertos, Ryan Mink y Garrett Downing, se sientan con Mark Andrews para hablar sobre cómo los Ravens salen de su pozo de 0-2, qué se necesita para terminar mejor los juegos, su accidente automovilístico fuera de temporada, su picazón por el Super Bowl y más.
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Andrews dijo que el otro conductor venía en sentido contrario, directamente hacia él.
«No tenía control sobre lo que estaba sucediendo. Hice lo mejor que pude», dijo Andrews.
«Fue aterrador. Nunca me habían parado, nunca había tenido un accidente, nada parecido… Jugamos al fútbol, así que sé lo que se siente cuando te atropellan, pero eso fue muy diferente. Estaba a merced de Dios y de su voluntad, y todo parecía muy lento en ese momento».
Andrews fue a trabajar ese día y participó en las reuniones de equipo, pero dijo que todavía hay un pequeño obstáculo mental.
«Hay momentos en la carretera en los que puedo recordarlo», dijo. «Y es un poco traumático pasar por eso, pero me siento genial, me siento bien. No hay nada que me impida hacerlo y estoy agradecido con Dios por haber podido protegerme y haberme dicho que me pusiera el cinturón de seguridad y me salvara».