El Papa Francisco ha dicho que la información errónea sobre la pandemia de COVID-19 y las vacunas es una violación de los derechos humanos.
Condenó la “distorsión de la realidad basada en el miedo” el viernes durante un encuentro con periodistas católicos que han formado una red de verificación de hechos.
Es la segunda vez en menos de un mes que Francisco se pronuncia en contra de la desinformación durante la pandemia.
El hombre de 85 años ha pedido con frecuencia un periodismo responsable que busque la verdad y respete a las personas.
“Estar debidamente informado, ser ayudado a comprender situaciones basadas en datos científicos y no en noticias falsas es un derecho humano”, dijo.
“Difícilmente podemos dejar de ver que estos días, además de la pandemia, se está extendiendo una ‘infodemia’.
«En nuestra sociedad global [this] conduce a una explosión de comentarios sobre noticias falsificadas, si no inventadas”.
El Papa también enfatizó que aquellos que creen en las teorías de conspiración sobre COVID-19 deben ser ayudados misericordiosamente a comprender los hechos científicos verdaderos.
“Las noticias falsas tienen que ser refutadas, pero las personas individuales siempre deben ser respetadas, ya que muchas veces las creen sin plena conciencia o responsabilidad”, dijo.
“La realidad siempre es más compleja de lo que pensamos y debemos respetar las dudas, las inquietudes y los interrogantes que plantean las personas, buscando acompañarlas sin desestimarlas jamás”.
Algunos católicos, incluidos algunos obispos y cardenales conservadores de EE. UU., se han negado a vacunarse contra el COVID-19.
Sin embargo, la oficina de doctrina del Vaticano ha dicho que es «moralmente aceptable» que los católicos reciban inyecciones, incluidas aquellas basadas en investigaciones que utilizaron células derivadas de fetos abortados.
Tanto Francisco como el Papa emérito Benedicto XVI han sido completamente vacunados con inyecciones de Pfizer-BioNTech.
Francis ha sido uno de los líderes religiosos que más ha hablado a favor de las vacunas y el respeto por las medidas para combatir la pandemia.
Ha dado a entender que las personas tienen la “obligación moral” de garantizar la atención médica de ellos mismos y de los demás, y el Vaticano recientemente exigió que todo el personal esté vacunado o muestre pruebas de haber tenido COVID-19 para acceder a sus lugares de trabajo.