El origen de uno de los platos más populares de la gastronomía sudamericana, la arepa, ha sido motivo de controversia entre Venezuela y Colombia.
Tanto los colombianos como los venezolanos afirman ser los creadores de este platillo, considerados una parte esencial de la cultura culinaria en ambos países.
¿Quién realmente inventó la arepa? Es complicado
Para determinar sus orígenes, debemos remontarnos al año 1492, cuando Cristóbal Colón descubrió el continente americano. Para ese entonces, los cronistas y datos arqueológicos indican que la arepa ya existía y que los indígenas la preparaban con el «grano dorado», moldeándola en forma plana y redonda.
“En el caso nuestro, los primeros registros de la arepa son después del tercer viaje de Cristóbal Colón, después de 1498, fecha en la cual Colón llegó por primera vez a tierra firme al pisar las costas orientales de Venezuela, especialmente las costas de Paria ”, dijo Ocarina Castillo, antropóloga de la Universidad Central de Venezuela y autora del libro “Los paneles de esta tierra”.
La experta dijo que los indígenas cumanagotos que habitaban en el oriente de Venezuela durante la época de la conquista española le llamaban «erepa». Si bien estos datos apuntan a un origen venezolano, la antropóloga detalló que esta interpretación es principalmente lingüística.
“Si Cristóbal Colón hubiera tocado unos kilómetros antes o unos kilómetros después, se hubiera conseguido no Cumanagoto sino indígenas de otra cultura y con otra lengua, que la llamaran de otra manera”, dijo la antropóloga.
La antropóloga Castillo explica que “la arepa existe desde antes de que existieran nuestros países. Antes de que existieran nuestros límites, de que existieran nuestras sociedades. Lo importante de la arepa es precisamente que es un alimento ancestral”.
Por otra parte, el antropólogo colombiano Weildler Guerra Curvelo, quien fue gobernador de La Guajira, dijo que la arepa se consumía en la región incluso antes de la existencia de fronteras.
“Aquí estamos hablando de un alimento de miles de años. Este ya alimento lo encontraron los españoles aquí, tenía siglos. Era el alimento básico de los indígenas», dijo.
«Alimentos como el maíz en Centroamérica, en Sudamérica, fueron fundamentales a través de muchos derivados, pero las cocinas indígenas nos muestran que este tipo de producto preexistía, que estaban antes de la llegada de la población europea y africana al territorio americano. Estamos hablando de unas invenciones humanas que son muy largas en el tiempo”, agregó Guerra Curvelo.
El rol de la diáspora venezolana
Según los datos oficiales de migración Colombia, ese país ha acogido el mayor número de migrantes venezolanos en el mundo, con una cifra estimada de 2,48 millones. Este fenómeno migratorio, según algunos expertos, ha intensificado el debate sobre el origen de la arepa.
Según Castillo, “ese interés reciente y muy renovado por la arepa tiene mucho que ver con la diáspora venezolana”.
«Como en la migración, en la maleta cada uno de nosotros se lleva su memoria, sus ingredientes, sus preparaciones y se lleva también aquellos elementos de su memoria sensorial que le son más importantes. Efectivamente, los venezolanos migrantes se han llevado en su maleta su amor por la arepa”, agregó.
A medida que los venezolanos obtuvieron a migrar al vecino Colombia, se percataron también de la gran importancia de este platillo para los colombianos.
Guerra Curvelo, el antropólogo colombiano, dijo que la diversidad de las arepas en Colombia «es muy grande».
“Yo soy de La Guajira y aquí puedo establecer cinco tipos de arepa, por poner ejemplos, arepas de maíz morado, arepas de maíz amarillo, arepas de maíz blanco”, dijo.
Si bien resulta difícil determinar con certeza de qué país es originaria la arepa, es evidente que Colombia y Venezuela no son los únicos que consumen el producto o uno similar.
Hay diversos panes elaborados del maiz, explicado Castillo, algunos planos y otros redondos. Entre los planos están las tortillas en toda Centroamérica, con sus variantes, adecuadas.
“Pensemos solamente en México la cantidad de tortillas diferentes que hay y la cantidad de variedades de maíz. Y cómo no ser así, si toda América es hija del maíz, que está extendida en todo nuestro continente”, afirmó Castillo.
Ambos expertos concluyen que lo importante es que la arepa sea una embajadora de las diversas culturas hispanas y sirva para fortalecer los vínculos entre los países a través de nuestras semejanzas.
“La cocina nos une, tiende puentes, no es que de un lado se haya pasado para otro. Entre otras cosas porque nosotros nos hemos reconfigurado territorialmente a lo largo del tiempo. Esta República no existía. Había muchos pueblos allí, en esta parte del norte y el Caribe en general. Hemos sido parte de una misma entidad”, indicó Guerra Curvelo.
“Yo creo que la arepa, en el caso binacional de Colombia y Venezuela, es una maravillosa oportunidad para tener un diálogo de convivencia y de vecindad y de paz. También en estos tiempos tan difíciles que nos están tocando vivir”, dijo Castillo.
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