Jack Stone, un alfarero de 28 años de Stoke-On-Trent en Inglaterra, fue al popular resort de Benidorm en la Costa Blanca en abril para celebrar su cumpleaños.
Trágicamente, el diabético tipo 1 supuestamente colapsó repentinamente en la calle el 21 de abril y terminó en la unidad de cuidados intensivos del Hospital Marina Baixa.
El diagnóstico inicial al ingreso decía que el colapso de Jack se debió a encefalopatía hipoglucémica (glucosa en sangre extremadamente baja).
Fue admitido directamente en la UCI del centro, donde los cirujanos realizaron una traqueotomía e insertaron una sonda de alimentación. Como resultado de la hidrocefalia, una acumulación de líquido, Jack también sufrió convulsiones e inflamación del cerebro.
Aunque todavía es demasiado pronto para ofrecer un pronóstico completo, los médicos del hospital creen que podría haber sufrido daño cerebral.
Su familia está desesperada por llevar a Jack de regreso a Inglaterra. Desafortunadamente, descubrieron que debido a que no declaró en los formularios del seguro de vacaciones que tenía diabetes Tipo 1, no está cubierto por los costos de repatriación.
Tres días después de que su hijo fuera hospitalizado, su madre, Sue Stone, de 64 años, voló a España para estar junto a él. Rápidamente se enteró de que las posesiones de su hijo habían desaparecido misteriosamente, incluido su pasaporte y teléfono móvil.
Sue está recibiendo la asistencia que tanto necesita del Fondo benéfico británico, una organización con sede en España. Como dice en su página web, el objetivo es proporcionar ayuda económica a ciudadanos británicos en apuros sin ningún otro recurso, ya sean residentes o visitantes.
Los voluntarios de HELP también han estado apoyando a Sue en el hospital con interpretación y traducción, y ayudándola a comprender el proceso y el diagnóstico médico (y el pronóstico).
El consultor del hospital le informó a Sue que su hijo no está apto para volar a menos que lo acompañen profesionales médicos capacitados. Hubo pensamientos posteriores sobre el uso de una ambulancia terrestre y se están discutiendo las posibilidades.
Sin embargo, la hoja de alta de Jack acaba de completarse y lo han trasladado a la sala de traumatología. El consultor insiste en que no sería adecuado ir por tierra. Se están analizando los costos de cualquiera de las opciones.
Una empresa con sede en el Reino Unido les ha cotizado alrededor de 25.000 € para llevar a Jack a casa, pero la familia no tiene fondos suficientes para eso. El consulado británico tampoco puede ayudar a financiar la repatriación.
Un amigo de la familia ha establecido una página de crowdfunding en las redes sociales y un evento de recaudación de fondos se llevará a cabo en su ciudad natal este fin de semana. El BBF ha obtenido un documento de viaje de emergencia para permitir que Jack vuele a casa cuando suceda.