TOKIO, Japón: En junio, la actividad manufacturera de Japón creció al ritmo más lento de los últimos 10 meses, una señal preocupante para una economía que lucha por recuperarse de la pandemia de COVID-19.
Como el debilitamiento del yen provocó un aumento en los costos de importación, el sector de servicios del país también se expandió a un ritmo más lento, lo que generó preocupaciones sobre la demanda local débil y su impacto en la economía.
En junio, el índice de gerentes de compras (PMI) manufacturero de au Jibun Bank Flash Japan cayó a un 52,2 desestacionalizado desde el 52,7 de junio, la expansión más lenta desde septiembre del año pasado.
En general, la actividad del sector privado fue marginal, dijo Usamah Bhatti, economista de S&P Global Market Intelligence, que compila el índice.
«La expansión en la producción fue la más suave registrada desde marzo. Las empresas notaron que la escasez de materias primas y el aumento de los costos de energía y salarios habían disminuido cada vez más la producción y la entrada de nuevos pedidos», agregó Bhatti, citado por Reuters.
«Esto fue especialmente evidente en los fabricantes, que registraron una reducción en los niveles de producción por primera vez en cinco meses», agregó.
En junio, el índice PMI de servicios flash de au Jibun Bank cayó a un 51,2 desestacionalizado, en comparación con el 54,0 final de mayo, expandiéndose por cuarto mes consecutivo.
Mientras tanto, el PMI compuesto flash de Japón del au Jibun Bank, que considera tanto la fabricación como los servicios, cayó a 50,6 desde un final de 53,0 en mayo.