GINEBRA: Naciones Unidas denunció el martes (15 de marzo) los asesinatos en masa en Myanmar y acusó al ejército de posibles crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad desde el golpe de estado del año pasado.
La oficina de derechos humanos de la ONU instó a la comunidad internacional a tomar medidas inmediatas para detener la espiral de violencia en Myanmar.
El ejército de Myanmar tomó el poder el 1 de febrero del año pasado, derrocó al gobierno civil y arrestó a su líder de facto, Aung San Suu Kyi. Desde entonces, la junta ha emprendido una sangrienta represión de la disidencia.
En un informe que cubre el período transcurrido desde la toma del poder, la oficina de la jefa de derechos humanos de la ONU, Michelle Bachelet, dijo que las fuerzas militares y de seguridad de Myanmar habían mostrado un flagrante desprecio por la vida humana.
Describía cómo los militares habían bombardeado zonas pobladas con ataques aéreos y armas pesadas, y habían atacado deliberadamente a civiles, muchos de los cuales recibieron disparos en la cabeza, quemaron vivos, arrestaron arbitrariamente, torturaron o utilizaron como escudos humanos.
“Realmente hemos podido identificar un patrón durante el último año, lo que indica que se trata de ataques sistémicos, coordinados y planificados; que hay indicaciones claras de que equivaldrían a crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad”, dijo la portavoz de la oficina de derechos humanos de la ONU. Ravina Shamdasani dijo a los periodistas en Ginebra.
«Esta es la indicación más clara hasta ahora de la comisión de estos crímenes».