Abuya, Nigeria – Hombres armados lanzaron un brutal ataque a altas horas de la noche contra aldeas remotas en el centro norte de Nigeria, matando al menos a una docena de aldeanos en el distrito Wase de Plateau, informaron las autoridades el martes.
El ataque es el último de una serie de incidentes violentos en la región, que se han atribuido a los conflictos en curso entre pastores nómadas y agricultores rurales por el control de los recursos hídricos y terrestres.
El periódico local Punch citó a testigos que afirmaron que el número de muertos ascendía a 40, pero funcionarios del gobierno han confirmado 12 víctimas hasta el momento. Las discrepancias entre las cifras oficiales y los relatos de los testigos son comunes en este tipo de ataques debido a la naturaleza caótica de los acontecimientos y la dificultad para obtener información precisa inmediatamente después.
Los atacantes, a bordo de motocicletas, irrumpieron en la comunidad de Zurak, en el distrito de Wase, abrieron fuego contra los aldeanos y obligaron a muchos a huir hacia los arbustos cercanos. «Estamos tratando de peinar la zona para ver si tenemos más víctimas o personas con heridas de bala», dijo Musa Ashoms, el comisionado estatal de información.
La redada se produjo poco después de una operación de seguridad dirigida a los escondites de los atacantes, cuyo objetivo era «borrarlos» de la zona, según Idris Wase, legislador federal del distrito Wase de Plateau. A pesar de estos esfuerzos, los lugareños han expresado repetidamente su frustración por la capacidad de los atacantes de atacar aldeas durante horas y escapar antes de que las fuerzas de seguridad puedan intervenir. Las detenciones tras este tipo de ataques son raras, lo que exacerba la sensación de vulnerabilidad de la comunidad.
Este último ataque refleja incidentes anteriores de violencia en la región. En diciembre, los agresores mataron al menos a 140 residentes durante un asalto de dos días a más de una docena de comunidades. Estos ataques recurrentes han provocado cientos de muertes a lo largo de los años, perpetuando un ciclo de violencia e inseguridad.
El gobierno nigeriano enfrenta una presión cada vez mayor para abordar los desafíos de seguridad en el centro norte de Nigeria, donde la lucha por los recursos ha alimentado un conflicto mortal entre pastores y agricultores. Mientras la comunidad lamenta la pérdida de vidas y lidia con las consecuencias del último ataque, la necesidad de medidas de seguridad efectivas y estrategias de resolución de conflictos es más urgente que nunca.