El Congreso Nacional de Honduras juró el domingo a dos juntas directivas paralelas, lideradas por dos fracciones del partido Libertad y Refundación (Libre) de la presidenta electa Xiomara Castro.
Castro, que asumirá el poder el 27 de enero, aseguró que detrás de la elección de los diputados disidentes de su grupo político está el partido del presidente destacado Juan Orlando Hernández, sobre quien pesan supuestos vínculos con el crimen organizado.
El evento ha generado una crisis a lo interno del Poder Legislativo de la nación centroamericana.
El viernes durante la elección de la junta directiva provisional, el partido Libre quedó dividido porque un grupo de diputados apoyó a Luis Redondo, el candidato propuesto por Xiomara Castro y la alianza que conformó con el Partido Salvador de Honduras (PSH).
Otra parte de diputados, también de Libre, respaldaba al congresista Jorge Cálix, quien en su momento fue desautorizado por la coordinación de su partido para asumir la presidencia.
Un día antes, el viernes, al momento de la votación, los diputados disidentes con el apoyo de la bancada oficialista, no dieron el puesto a Redondo sino a Cálix, lo que terminaron un enfrentamiento en el estrado y sacaron a golpes a la junta directiva provisional.
Ante estos hechos, Xiomara Castro tildó de traidores a los disidentes y decidió la noche del viernes expulsarlos de su partido.
El llamado de Estados Unidos
El gobierno de Estados Unidos llamó el sábado a los hondureños a dirimir pacíficamente sus diferencias luego de que la presidenta electa convocó a una movilización en la capital para impedir que el Congreso elija una nueva junta directiva encabezada por diputados disidentes de su agrupación.
«Estados Unidos hace un llamado a los actores políticos a mantener la calma, entablar diálogo, abstenerse de la violencia y la retórica de provocación, e instar a sus seguidores a expresarse pacíficamente respetando el estado de derecho», dijo la embajada estadounidense en Honduras a través de Twitter.
¿Qué ocurrió el domingo?
Se esperaba que el domingo los disidentes pudieran rectificar su voto, pero no llegaron al Congreso y se asesoraron junto a la bancada oficialista del Partido Nacional en un centro turístico situado a unos 20 kilómetros de Tegucigalpa, donde juramentaron a la junta directiva en propiedad liderada por Cálix.
“Este congreso hablará con hechos, con resultados. Vamos hacer de este poder del Estado el más transparente y vamos a poner el Congreso Nacional al servicio de los hondureños”, expresó Calix, tras asumir el cargo.
Al mismo tiempo, en el edificio del Congreso Nacional, la otra facción de Libre que apoya el pacto de Castro comenzó su sesión con más de 65 diputados que votaron para que Redondo sea el presidente del Legislativo, y minutos después fue juramentado.
“Nosotros no vamos a permitir que este lugar (Congreso) se convierta en un instrumento para facilitar que las estructuras criminales sigan saqueando este país”, manifestó Redondo, al tiempo que agradeció el apoyo a Xiomara Castro y los diputados que votaron por él.
Más tarde la presidenta electa posteó en su cuenta de Twitter: “Reconozco la Presidencia del Congreso encabezada por el Diputado Luis Redondo, le invito a mi Juramentación junto al Pueblo el 27 de enero. Felicito a diputadas (o) que rechazan 12 años de redes de corrupción de “Joh”: camino a saludarles en el CN ¡Ganamos!”.
[Con información de AP y Reuters]
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