La Navidad llegó temprano este año para Gizzhive. Más allá de embarcarse en su primera gira por América del Norte desde que comenzó la pandemia, los siempre laboriosos King Gizzard & the Lizard Wizard obsequiaron a sus fieles con Tres nuevos récords lanzados en el transcurso de cuatro semanas en octubre pasado. Estos llegan apenas seis meses después del álbum doble más reciente de la banda, que siguió pisándole los talones a otro récordelevando su gran total de álbumes de 2022 a cinco, igualando la hazaña que lograron por primera vez en 2017. En este punto, ser fanático de King Gizzard es prácticamente un trabajo de tiempo completo.
Casi te preguntas si el sexteto de Melbourne está tratando activamente de acaparar el mercado: al mostrar una facilidad igual con la psicodelia, el progresivo, el garage-punk, el jazz, la música kosmische, el thrash metal, el synth pop e incluso el rap, King Gizzard se ha convertido esencialmente en el todo en uno de caja grande para todas sus necesidades musicales. Y como cualquiera que se haya enfrentado a Costco un sábado puede decirle, la abundancia de opciones puede atraer su atención en demasiadas direcciones a la vez. Podría decirse que la decisión de descargar un trío de discos casi en tándem hace el mayor daño a Hielo, Muerte, Planetas, Pulmones, Hongos y Lavaque, si se le diera más espacio para respirar como un lanzamiento independiente, sobresaldría más fácilmente como uno de los mejores discos de principio a fin de todo el catálogo de Gizzard.
Eso puede no parecer obvio cuando te recibe el engañosamente cursi que abre el álbum, “Mycelium”, una canción tan inmersa en la jerga científica nerd que debería venir con una lámpara de cabeza complementaria. (Muchos temas de King Gizzard te dan ganas de tomar hongos; este también te anima a estudiarlos.) Pero la vibra playera de la canción en última instancia resulta irresistible, sus líneas de guitarra acuáticas, ritmos de reggae con hipo y lustrosos instrumentos de viento de madera que te invitan a únase a la línea de conga incluso cuando los vocalistas principales Stu Mackenzie y Ambrose Kenny-Smith comienzan a analizar los subproductos más grotescos de las interacciones entre humanos y hongos. Y «Mycelium» es un indicador de mutaciones más dramáticas por venir, como Hielo, Muerte, Planetas, Pulmones, Hongos y Lava apuesta por ser el disco más agitado pero ferozmente funky de la banda. El título del álbum puede leerse como un resumen de una nube de palabras de los temas líricos favoritos de Gizzard, pero sus canciones trazan nuevos caminos hacia el cosmos exterior sin apoyarse en los propulsores motorik habituales.
La cuestión de si King Gizzard es o no una jam band se ha pegado a este grupo como el aroma del pachulí en un poncho de cáñamo, y hielo, muerte justifica las afirmaciones tanto del sí como del no. Ciertamente, este es uno de sus discos más sueltos y extensos, con casi todas las pistas que superan los siete minutos; por otro lado, incluso las odiseas más extravagantes son menos un producto de la improvisación que un arreglo intrincado. Cuando el «Ice V» lleno de afrobeat y el vertiginoso éxito de 13 minutos «Hell’s Itch» se asientan en sus ritmos veloces y comienzan a introducir nuevas ideas cada 16 compases, el efecto es menos como una banda mostrando sus habilidades y más como MCs giratorios tocando con algunas rimas en un corte de grupo. Y donde pasado Molleja epopeyas han adoptado una construcción de pista de carreras, entrando y saliendo de motivos recurrentes a intervalos regulares, el travieso «Magma» está construido más como una escalera de caracol, sus acentos de guitarra y ritmos juguetones se arremolinan hacia el cielo en el camino hacia el cataclísmico final salpicado de wah-wah. . Su secuela, “Lava”, llega a alturas asombrosas similares, luego atraviesa las nubes de ceniza para revelar un rayo de esperanza. “¡El volcán es muerte, la lava es muerte/La muerte es vida! ¡La lava es vida!” Mackenzie repite con júbilo de rima infantil, resumiendo el ciclo de vida que sustenta las premoniciones apocalípticas habituales del Rey Gizzard: nuestra especie puede estar jodida, pero el planeta renacerá.