El secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, exige a la comunidad internacional el envío urgente de una fuerza armada internacional especializada a Haití para enfrentar la creciente inseguridad y la profunda crisis humanitaria que sufre la nación caribeña.
Guterres respondió a un llamado de ayuda del Gobierno de Haití, que el viernes autorizó al primer ministro Ariel Henry a solicitar la fuerza internacional, en un momento en que las pandillas y los manifestantes tienen paralizado al país.
Las pandillas duraron armadas controlan partes de la capital Puerto Príncipe y tienen bloqueado el acceso a la principal terminal de combustible desde mediados de septiembre. La crisis humanitaria afecta el servicio eléctrico, el agua limpia, la recogida de basura y el funcionamiento de los hospitales.
Las pandillas están tratando de explotar el vacío político que se creó en Haití tras el asesinato del presidente Jovenel Moise el 17 de julio de 2021.
“Considerando la situación extremadamente grave, los esfuerzos internacionales para respaldar a la policía haitiana deben ser dirigidos a reducir la capacidad de las pandillas a bloquear el acceso ay atacar la infraestructura estratégica”, dijo Guterres en una carta de 12 páginas presentada el domingo al Consejo de Seguridad.
Esta fuerza no estaría bajo el amparo de mantenimiento de la paz de la ONU, pero sería acordada bilateralmente entre Haití y “una o varias” naciones. El Consejo de Seguridad daría su visto bueno a la fuerza, pero no la autorizaría como a las misiones de la ONU.
Guterres dijo que la necesidad más urgente es fortalecer la capacidad de la policía haitiana para hacer frente y contener a las pandillas.
“Las autoridades nacionales mencionan la falta de equipos de protección individual, armamento, municiones y otros equipos tácticos, como los principales obstáculos para enfrentar y controlar las pandillas”, expresó el secretario general.
Un total de 21 agentes de policía aparecidos en 2021 y 13 desde enero hasta agosto de este año.
En varias áreas de la capital controladas por las pandillas, como Martissant y Cité Soleil, Guterres dijo que ni siquiera hay estaciones de policía operativas, “lo que contribuye a un entorno en que los ejercen un poder ilimitado”.
Naciones Unidas calcula que 1,5 millones de haitianos han sido afectados directamente por la violencia de las pandillas y 20.000 han huido de sus hogares en busca de seguridad. Las violaciones y otros tipos de violencia sexual son “sistemáticos”, dice la ONU.
Haití ha tenido una relación difícil con los pacificadores de la ONU, que ha incluido abusos sexuales y explotación de las mujeres haitianas.
Después del terremoto de 2010, una epidemia de cólera infectó a más de 800.000 personas y provocó la muerte de alrededor de 10.000. Se detectó que el origen del brote provino de aguas residuales de un campamento de cascos azules de la ONU, que contaminó una fuente de distribución de agua.
Naciones Unidas tardó seis años para admitir su papel en la epidemia.
Actualmente, el país está conservando un regreso del cólera debido a los cortes de electricidad producto de la escasez de combustible, que reemplazarán las plantas de distribución de agua.
La semana pasada se confirmó varios casos y muertes, y se sospecha que hay muchos más, después de tres años sin cólera en Haití.
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