en un declaración publicado por su portavoz, António Guterres dice que está particularmente preocupado por el paradero y la seguridad del presidente Roch Marc Christian Kaboré, a quien no ha sido visto desde que comenzó la crisis el domingo temprano, así como por el empeoramiento de la situación de seguridad que ha sacudido a la capital. Uagadugú.
“El Secretario General condena enérgicamente cualquier intento de apoderarse de un gobierno por la fuerza de las armas”, dice el comunicado.
Según las agencias de noticias, los militares anunciaron el lunes que tomaron el poder y derrocaron al presidente.
El anuncio fue hecho en la televisión estatal por un oficial del ejército, quien citó el deterioro de la situación de seguridad para el golpe militar.
Según informes noticiosos, elementos civiles y militares han expresado crecientes críticas durante meses por la incapacidad del gobierno para hacer frente a una creciente insurgencia islamista que ha desestabilizado gran parte del país.
Moderación y diálogo
Al hacer un llamado a todos los actores para que ejerzan moderación y opten por el diálogo, el Sr. Guterres pidió a los líderes del golpe que depongan las armas y garanticen la protección del presidente “y de las instituciones de Burkina Faso”.
Reiterando el pleno compromiso de la ONU con la preservación del orden constitucional, el Secretario General reafirmó el apoyo de la Organización al pueblo de Burkina Faso en sus esfuerzos por encontrar soluciones a los múltiples desafíos que enfrenta el país.
Apenas el año pasado, en mayo, se llevó a cabo un golpe militar en Malí, y una ola de otros intentos de golpe y tomas de poder en África Occidental y el Sahel, incluida la toma del poder en Chad, Sudán y Guinea.
A principios de mes, el Representante Especial de la ONU para África Occidental y el Sahel dijo al Consejo de Seguridad este resurgimiento “es a menudo la consecuencia de prácticas políticas que están completamente fuera de sintonía con las aspiraciones de las poblaciones”.