El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, ha emitido una orden ejecutiva que autoriza sanciones contra Sudán.
Sudán se ha sumido en una crisis política mientras los generales del ejército rival luchan por el control del gobierno militar.
El Sr. Biden, quien calificó la violencia como una tragedia y una traición al pueblo sudanés, dijo que la lucha debe terminar.
El presidente estadounidense dijo que la violencia en Sudán era una “amenaza para la seguridad nacional y la política exterior de Estados Unidos”.
Los combates en Sudán no han disminuido ya que los altos el fuego negociados anteriormente no se mantuvieron y continúan los intensos combates en la capital, Jartum, así como en las ciudades adyacentes de Omdurman y Bahri.
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Según el Programa Mundial de Alimentos, se ha saqueado un valor estimado de más de 13 millones de dólares en ayuda alimentaria destinada a Sudán desde que estallaron los combates el mes pasado.
Se dice que decenas de miles de personas, incluidos ciudadanos sudaneses, huyeron de los combates a Egipto, Chad y Sudán del Sur.
La lucha entre los grupos rivales siguió a las crecientes tensiones sobre la integración de las RSF en el ejército.
Los principales puntos conflictivos son los planes para incluir a las RSF de 100.000 efectivos en el ejército y quién lideraría la nueva fuerza.
El desacuerdo sobre el cronograma para eso ha retrasado la firma de un acuerdo respaldado internacionalmente con los partidos políticos sobre la transición a la democracia.
Es el primero de tales enfrentamientos desde que ambos unieron fuerzas para derrocar al presidente Omar Hassan al-Bashir en 2019.