Bruselas, Belgica — Se necesita acción inmediata para abordar la creciente crisis humanitaria en el Sahel, o la situación corre el riesgo de extenderse a los países vecinos y convertirse en un problema global, advirtió el miércoles un funcionario de ACNUR.
Abdouraouf Gnon-Konde, director de la agencia de la ONU para los refugiados para África occidental y central, destacó las condiciones volátiles en Níger, Mali y Burkina Faso, advirtiendo que la inestabilidad podría afectar a países vecinos como Togo, Benin, Ghana, Costa de Marfil, Mauritania y Argelia.
«El Golfo de Guinea, Togo, Benin, Ghana y Costa de Marfil ya están sufriendo a causa de la espiral de inseguridad y de la situación humanitaria. Lo mismo ocurre con Mauritania, lo mismo con Argelia», dijo Gnon-Konde a la AFP en Bruselas. «Si no actuamos ahora, si no respondemos ahora, si no encontramos una manera de permanecer allí, quedarnos y continuar comprometidos, encontrando una solución, entonces de alguna manera esos países se verán abrumados, el Estado se verá abrumado y se convertirá en un problema para el mundo».
Gnon-Konde estuvo en Bruselas para enfatizar a los funcionarios de la UE la importancia de centrarse en las regiones africanas donde los conflictos han desplazado a unos 10,5 millones de personas, incluso cuando la atención internacional está atraída por las guerras en Ucrania y Gaza.
«A pesar de todos los cambios, de todas las crisis que vemos en el mundo, a pesar de todos los conflictos que tenemos, están sucediendo cosas en el Sahel y eso merece nuestra atención», afirmó.
El martes, Gnon-Konde participó en una conferencia de donantes para el Sahel organizada por la UE, donde la Comisión Europea prometió 201 millones de euros (218 millones de dólares) para personas vulnerables en Burkina Faso, Camerún, Chad, Malí, Mauritania, Níger y Nigeria. .
Los regímenes militares de Burkina Faso, Níger y Malí han expulsado a las tropas francesas y buscan cada vez más el apoyo de Rusia para combatir las insurgencias yihadistas, lo que genera preocupación entre los donantes occidentales. Sin embargo, Gnon-Konde subrayó que para ACNUR «no importa quién esté a cargo» en estos países, ya que la prioridad es atender las necesidades de la población civil.
Chad, situado entre Níger y Sudán, está emergiendo como un «caso de prueba» para la región, los donantes internacionales y la ONU, añadió Gnon-Konde. El país, que acaba de anunciar su primer gobierno después de tres años de régimen militar, acoge a casi un millón de refugiados sudaneses y se espera que esta cifra aumente para finales de año.
La advertencia del ACNUR subraya la urgente necesidad de compromiso y apoyo internacional para mitigar la crisis humanitaria en el Sahel y evitar una mayor desestabilización regional.