Suecia y Alemania ya cuentan con formas novedosas de reciclar materiales una vez cerrada una planta nuclear.
¿Qué se hace con una central nuclear una vez cerrada?
La empresa energética francesa EDF ha encontrado una respuesta novedosa tras el cierre de la planta de Fessenheim: convertir parte del material sobrante en tenedores, cacerolas y tiradores de puertas.
Afortunadamente, esto no significará que las mesas de los comedores franceses estén llenas de cubiertos radiactivos.
Sólo los metales con «muy bajo nivel de radioactividad» se convertirán en hierro fundido o acero, afirmó la empresa. Otros materiales se enviarán a instalaciones de procesamiento de residuos nucleares.
Si supera los procesos de aprobación, el nuevo centro de reciclaje se extenderá sobre 15 hectáreas cerca de la planta cerrada.
«Esto permitiría procesar 500.000 toneladas de metales de bajo nivel radiactivo durante un período de cuarenta años», dijo Laurent Jarry, ex director de la planta de EDF en Fessenheim, al sitio de noticias francés Reporterre.
Algunos dicen que el material radiactivo nunca es seguro
Los metales de bajo nivel radiactivo son esencialmente escombros, tierra o chatarra provenientes del desmantelamiento u operación de instalaciones nucleares, o de industrias convencionales que utilizan materiales naturalmente radiactivos.
Deshacerse de este tipo de material siempre es un quebradero de cabeza para los fabricantes, ya que deben pagar por su almacenamiento a largo plazo si no se encuentra otra solución.
Si bien los planes de EDF son pioneros en Francia, Suecia, Alemania y Estados Unidos ya utilizan una técnica similar para «limpiar» los metales de su radiactividad antes de fundirlos en lingotes para su reutilización.
Pero no todo el mundo está a favor de dar una segunda vida al material radiactivo. Por este motivo, el público podrá votar el proyecto de aquí a febrero de 2025.
Antinuclear activistas Afirman que no existe un umbral inofensivo para la exposición a la radiactividad y que cualquier dosis, por baja que sea, presenta riesgos para la salud humana, como una mayor probabilidad de desarrollar algunos tipos de cáncer.
Por esta razón, sería necesario modificar el código de salud pública francés para que la planta de reciclaje siga adelante. También sería necesario obtener una autorización medioambiental.
Un cambio en la ley francesa significa que los residuos con baja radiactividad podrán reciclarse en algún momento
Como demostró la Comisión Francesa para la Investigación e Información Independiente sobre la Radiactividad (Criirad) en un estudio de 2021, siempre quedará una pequeña cantidad de radiactividad en el reciclado producto (con cantidad variable según el metal).
Hasta 2022, la legislación francesa prohibía la valorización de residuos de baja radiactividad, basándose en el principio que considera todos los residuos de una nuclear instalación sea radiactiva. La propia Autoridad de Seguridad Nuclear francesa (ASN) se opuso inicialmente a la idea, temiendo que los materiales radiactivos pudieran entrar en contacto con el público sin darse cuenta.
Este «principio de precaución» francés solía ser la excepción en Europa, hasta que un decreto ministerial publicado en febrero de 2022 permitió reciclar residuos poco radiactivos en determinadas condiciones.