El Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW) pidió a las autoridades que proporcionen reparación integral y una disculpa oficial a los sobrevivientes, que han sufrido décadas de consecuencias físicas, psicológicas y de otro tipo.
Victoria ‘simbólica’
«Esto es un momento simbólico de victoria por estas víctimas que previamente fueron silenciadas, ignoradas, descartadas y borradas de la historia en Filipinas”, dicho Miembro del comité Marion Bethel.
“Los dictámenes del Comité allanan el camino para restaurar su dignidad, integridad, reputación y honor,» ella añadió.
Lucha por la justicia
La decisión se deriva de una denuncia presentada por 24 miembros de una organización sin fines de lucro llamada Malaya Lolas («Abuelas libres»), establecida para apoyar a las sobrevivientes de la esclavitud sexual, comúnmente conocidas dentro de las fuerzas armadas japonesas como «mujeres de solaz».
En repetidas ocasiones le habían pedido al gobierno que apoyara sus reclamos contra Japón por reparaciones, afirmando que la falta de lucha por su causa había resultado esencialmente en una discriminación continua que continúa hasta el día de hoy.
Violaciones y torturas repetidas
Los autores fueron llevados por la fuerza al cuartel general del Ejército Imperial Japonés en San Ildefonso, provincia de Pampanga, conocido como Bahay na Pula (Casa Roja), el 23 de noviembre de 1944.
Allí estuvieron detenidas entre un día y tres semanas y fueron sometidas repetidamente a violaciones y otros tipos de violencia sexual, tortura y condiciones de detención inhumanas.
Las mujeres han soportado consecuencias a largo plazoincluidas lesiones físicas, estrés postraumático, daño permanente a su capacidad para tener hijos y otros daños que han afectado sus relaciones y su posición social.
Buscando el apoyo de la ONU
A pesar de plantear constantemente reclamos a nivel nacional, sus esfuerzos fueron desestimados por las autoridades. Su última acción fue rechazada por la Corte Suprema en 2014.
Cinco años más tarde, los sobrevivientes llevaron su caso ante el Comité de la ONU, que supervisa la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer.
Intentaron establecer que Filipinas tenía que cumplir con sus compromisos en virtud del tratado, que también se conoce como CEDAW.
Violación de la Convención CEDAW
El Comité señaló que Filipinas había renunciado a su derecho a compensación al firmar el Tratado de Paz con Japón, aunque subrayó que se trata de un caso de discriminación continua.
Los miembros también observaron que la Comisión de Mujeres de Filipinas no había abordado el sistema institucionalizado de esclavitud sexual en tiempos de guerra, sus consecuencias para las víctimas y sobrevivientes, o sus necesidades de protección.
Señalaron además que los veteranos de guerra filipinos, en su mayoría hombres, “son derecho a un trato especial y estimado por parte del Gobiernotales como beneficios educativos, beneficios de salud, vejez, invalidez y pensiones por muerte”.
El Comité concluyó que Filipinas había incumplido sus obligaciones en virtud de la Convención CEDAW, señalando en particular que las autoridades “no habían adoptado medidas legislativas y de otro tipo apropiadas para prohibir toda discriminación contra la mujer y proteger los derechos de la mujer en igualdad de condiciones con los hombres”.
Restaurar la dignidad humana
El Comité ha solicitado que Filipinas proporcione a las víctimas una reparación completa, incluida una compensación material y una disculpa oficial por la continua discriminación.
“Este caso demuestra que minimizar o ignorar la violencia sexual contra mujeres y niñas en situaciones de guerra y conflicto es, de hecho, otra forma atroz de violación de los derechos de la mujer. Esperamos que la Decisión del Comité sirva para restaurar la dignidad humana de todas las víctimas, tanto las fallecidas como las vivas”, dijo la Sra. Bethel.