Al concluir el verano en Estados Unidos cuando se celebra el mes de la herencia hispana, por la coincidencia que muchos de los países de la región -México y Centroamérica- celebran fiestas patrias este 15 de septiembre, el calendario de presentaciones de la compañía Corazón Folklórico en Washington DC figura ocupada.
La agrupación creada en 2017 a iniciativa del joven mexicano-estadounidense Alejandro Góngora se ha convertido en un referente de la cultura mexicana en esta región, al proyectar a través de la danza folclórica la identidad de ese país con bailes regionales del sur, centro y norte de México.
Los conjuntos del espectáculo anual que incluye mariachis y un colorido elenco conformado por inmigrantes no solo mexicanos sino de otros países latinoamericanos y de otros continentes, se ha convertido en atractivo en las temporadas del Teatro Gala, el recinto cultural de la cultura iberoamericana de mayor concentración en la capital estadounidense.
El creador Alejandro Góngora comenta a la Voz de América que la compañía nació por el deseo de crear algo diferente” y que pudiera reunir a inmigrantes de otros países o de primera generación como él.
Este joven bailarín y director creativo de la compañía trabaja como empleado en una agencia federal del gobierno, y se muestra satisfecho por “para hacer algo en comunidad”.
Nada mejor que la danza -apunta- pues desde su formación secundaria en San Diego, California, donde nació y creció en una familia mexicana, le interesó el baile folclórico, en la escuela y la universidad encontró los espacios y en Washington DC formó una legión de entusiastas del baile y la cultura mexicana que se han sumado al proyecto, que año con año recibe más solicitudes de participación.
Para investigacion cultural
Corazón Folklórico se ha convertido en el núcleo de trabajo que va más allá del escenario, como demuestra el trabajo de investigación histórica y documental de Manuel Cuellar, mexicano, quien migró en la infancia con su familia a Estados Unidos y hoy reside en Washington donde se desempeña como profesor de español en Estudios Literarios y Culturales Latinoamericanos, en la Universidad George Washington.
Su pasión y formación en danza folclórica en el país azteca dice -viene de esa sistematización del folclore en el sistema educativo público mexicano- y que ha dado lugar a conformar una identidad que se expresa “con cuerpos en movimiento”.
Durante el confinamiento por la pandemia este académico se concentró en la investigación para el libro que publicará en los próximos días “Coreografías de México”, cuya primera edición es inglés, en la que ha investigado el papel del folclore y la música en la conformación de la identidad nacional de México.
Para ello comenta a VOA que ha sido necesario revisar las primeras décadas del siglo XX, desde el proceso de la Revolución Mexicana que comenzó en 1910, que coincide con el primer centenario de la independencia de México, que se celebra a la media noche del 15 de septiembre.
También los elementos que han tenido conexión como las celebraciones de «noches mexicanas» que concluyeron la revolución a modo de dar identidad al proyecto, pero que fueron tomando forma y expresión a través de la Época de Oro del cine mexicano que jugó un papel crucial en la unificación con películas clásicas como «Allá en el rancho grande», de 1936, dirigida por Fernando de Fuentes y con la icónica fotografía de Gabriel Figueroa.
El proceso histórico de México de emancipación del Reino de España iniciado en 1810 con la guerra independentista que termina de concluir en 1821, y que coincide con el resto de provincias centroamericanas que se desvincularon del dominio español el 15 de septiembre de 1821.
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