La expresidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez, espera una pronta sentencia en el juicio en su contra por la crisis política de 2019 que violentas protestas que precipitaron la renuncia del entonces mandatario Evo Morales.
Tras cerrar los alegatos, el Tribunal de Sentencia escuchó el viernes a Áñez y hará lo mismo con otros dos exjefes militares procesados antes de redactar la sentencia.
“Yo no moví un dedo para llegar a la presidencia, pero hice lo que tenía que hacer para pacificar el país que (Evo) Morales dejó convulsionado para huir. Ustedes no tienen competencia para juzgar a una expresidenta y van a dejar un legado de ignominia, de abuso y persecución porque van a juzgar a una expresidenta con todos los agravios posibles, pero nosotros vamos a seguir en la vía internacional”, dijo Áñez al Tribunal que la escuchó desde el penal donde está detenido.
Fuera de la cárcel se apostaron medio centenar de personas portando carteles en contra de Áñez.
Áñez está acusada de incumplimiento de deberes y resoluciones contrarias a la constitución por la sesión en el Congreso en la que se proclamó presidenta del país violentando procedimientos legales, según la acusación.
No prosperaron los pedidos de la exmandataria para ser procesada en libertad y en un juicio de responsabilidades que debe aprobar la Asamblea Legislativa por dos tercios de los votos -que no tiene el gobernante Movimiento al
(MAS), partido que lidera Morales-.
Áñez se enfrenta a otras cuatro sospechas, entre ellas por la muerte de 20 seguidores de Morales durante las protestas, pero los expertos dicen que hay pocas posibilidades de que prosperen ante la falta de votos en el Legislativo. La oposición política se ha negado a apoyar un juicio si no son incluidos Morales y sus excolaboradores, que han quedado al margen de las investigaciones judiciales.
El Ministerio Público y el gobierno acusaron a Áñez de violentar los procedimientos legislativos en una acción planificada que calificaron de golpe de Estado. La defensa argumentó que el vacío de poder generado por la renuncia y posterior huida de Morales y de su vicepresidente habilitaron a Áñez a la sucesión como segunda presidenta del Senado.
“He pedido a la ONU y la Unión Europea, facilitadores del diálogo en la crisis de 2019, que se pronuncian sobre la inexistencia de golpe ni delito en la sucesión constitucional de Áñez. Creo que es su deber moral”, dijo en su cuenta de Twitter el viernes el expresidente Carlos Mesa (2003-2005), rival de Morales en los comicios de ese año.
Tras perder un referendo que rechazó su postulación, Morales se candidató a un cuarto mandato consecutivo, pero las elecciones de 2019 fueron calificadas de fraudulentas por la misión de observación de la OEA, lo que detonó un estallido social que dejó 37 muertos y obligó al político a dimitir y refugiarse en México.
Para los políticos del oficialista MAS, el juicio sentará un “precedente histórico” contra la impunidad, dijo el diputado Juan José Jauregui.
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