Mandera, Kenia (TAE) – El lunes 25 de marzo se produjo una devastadora explosión en un modesto hotel de Mandera, localidad situada cerca de la frontera nororiental de Kenia con Somalia, que provocó la trágica pérdida de cuatro vidas y dejó a otras 15 heridas. El incidente tuvo lugar cerca de una comisaría de policía local, lo que intensificó las preocupaciones sobre la seguridad en la región.
Samwel Mutunga, jefe de policía de Mandera, informó que entre los heridos, dos personas resultaron gravemente heridas y están siendo trasladadas en avión a la capital para recibir atención médica avanzada, mientras que otras han sido ingresadas en un hospital local. «En el proceso de transporte de algunas víctimas al hospital, incluidos agentes de policía, lamentablemente perdimos inmediatamente a dos personas: un oficial y un civil. Posteriormente, otros dos policías sucumbieron a sus heridas», reveló Mutunga.
Las autoridades han identificado un artefacto explosivo improvisado (IED) como la causa de la explosión, que detonó en el hotel mientras los clientes se reunían para desayunar. El ataque ha sido atribuido al grupo extremista Al-Shabab, aunque el grupo aún no se ha atribuido la autoría.
Mutunga aseguró que se están llevando a cabo investigaciones y afirmó: «Hemos iniciado investigaciones y les aseguro que vamos a llevar a estos perpetradores ante la justicia. Tenemos algunas pistas». Al-Shabab, conocido por perpetrar importantes ataques en Kenia y la vecina Somalia, no ha comentado sobre el incidente.
Este último acto de violencia se produce tras otro ataque en el condado de Lamu, en la costa de Kenia, el domingo 24 de marzo, donde murieron dos policías reservistas. La zona, caracterizada por densos bosques, ha sido un punto focal de operaciones de seguridad dirigidas a militantes de Al-Shabab.
Para complicar aún más el panorama de seguridad, una operación policial en el condado de Garissa el domingo condujo a la recuperación de materiales para fabricar artefactos explosivos improvisados, un rifle AK-47 y dos cargadores, aunque tres sospechosos lograron escapar. Esta operación subraya la amenaza actual que representan los militantes que cruzan desde Somalia hacia Kenia.
El incidente marca el ataque más significativo en Mandera desde el secuestro de dos médicos cubanos por parte de Al-Shabab en abril de 2019. El gobierno de Kenia había anunciado previamente sus intenciones de reabrir la frontera con Somalia el año pasado, pero pospuso la decisión citando el riesgo persistente de ataques extremistas.