La Unión Europea debe evitar una disociación dañina del comercio mundial mientras considera imponer aranceles a los vehículos eléctricos y otros bienes chinos, dijo el miércoles el jefe económico del bloque.
«Creo que en lo que respecta a Europa necesitamos una actitud más madura en nuestro comercio, asegurando nuestra economía… especialmente con China», dijo el comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni, a Silvia Amaro de CNBC.
Gentiloni destacó las investigaciones antisubsidios en curso de la UE que cubren el mercado de vehículos eléctricos y turbinas eólicas, que abordan las preocupaciones de que China esté abrumando los mercados globales con productos de energía verde.
Estas investigaciones son una manera de entender si los subsidios proporcionados por el gobierno chino a las empresas nacionales están «interrumpiendo cualquier oportunidad para las empresas europeas», dijo Gentiloni.
«Pero esto no nos lleva a una teoría de desacoplamiento del comercio global, lo que sería un desastre para ambas partes del desacoplamiento», afirmó.
«La característica de la economía de la UE es ser más abierta, más influenciada por el comercio y menos únicamente por el consumo interno. Ésta es la razón, la razón económica, por la que a la Unión Europea le interesa mantener las puertas del comercio abierto.»
Estados Unidos anunció el martes fuertes aumentos de aranceles sobre importaciones chinas por valor de 18 mil millones de dólares, entre vehículos eléctricos y las baterías de iones de litio utilizadas en ellos, células solares, acero y aluminio.
China sostiene que su mercado de vehículos eléctricos está creciendo debido a la innovación más que a los subsidios estatales, y dice que la Ley de Reducción de la Inflación de EE. UU., que también ha despertado preocupaciones sobre el proteccionismo entre los funcionarios de la UE, incluido Gentolioni, está subsidiando la fabricación estadounidense.
Mientras tanto, varios países de la UE están nerviosos ante posibles medidas comerciales de represalia chinas que afecten a importantes industrias nacionales, desde la automoción alemana hasta el coñac francés.
Esto se produce cuando el bloque busca recuperarse de años de lento crecimiento económico y una recesión superficial en la segunda mitad de 2023.
Gentiloni adoptó el miércoles un tono optimista sobre las perspectivas para el año, que, según dijo, siguió a un «2023 muy, muy difícil» marcado por el estancamiento económico, mayores niveles de ahorro e incertidumbre por la guerra en curso entre Rusia y Ucrania.
«Poco a poco, la actividad se está acelerando y el principal impulsor será el consumo privado. Al mismo tiempo, tenemos otros dos factores que son muy positivos», dijo a CNBC.
«De hecho, la inflación está disminuyendo. Y el empleo sigue siendo alto, muy alto, y seguirá aumentando en los próximos meses».