Etiopía negó el lunes la acusación de Sudán de que su ejército había capturado y ejecutado a siete soldados sudaneses y un civil, y en cambio culpó de los asesinatos a una milicia local.
Las escaramuzas entre los países vecinos han estallado en los últimos años por la disputada y fértil región fronteriza de al-Fashqa.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Sudán dijo el lunes que los hombres habían sido capturados en territorio sudanés el 22 de junio y llevados a Etiopía, donde fueron asesinados.
En un comunicado el lunes, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Etiopía dijo que los hechos del incidente fueron tergiversados y que las muertes fueron el resultado de una escaramuza entre soldados sudaneses, quienes dijeron que habían realizado una incursión en tierra etíope, y una milicia local.
El incidente sería investigado, dijo.
Tras acusar a Etiopía de exhibir los cuerpos en público, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Sudán dijo que convocó al embajador de Etiopía en Jartum y llamó a su propio embajador de Addis Abeba para conversar.
Fuentes del gobierno sudanés dijeron el lunes por la noche que Sudán había presentado una queja formal ante el Consejo de Seguridad.
Luego de una visita al área, el líder militar de Sudán, el general Abdel Fattah al-Burhan, dijo que “la respuesta se sentiría en el terreno” y que “no se permitirían nuevos movimientos o intrusiones en la tierra sudanesa”.
La declaración etíope dijo que el gobierno etíope “espera que el gobierno sudanés se abstenga de cualquier escalada del incidente y tome medidas que puedan reducir la situación”.
Las tensiones han sido particularmente altas en los últimos años debido a la construcción por parte de Etiopía de una represa hidroeléctrica en el Nilo Azul, que Sudán y Egipto temen que pueda afectar su principal suministro de agua.
Un conflicto en la región de Tigray en Etiopía también ha enviado a decenas de miles de refugiados al otro lado de la frontera hacia el este de Sudán.