En 1943, el químico suizo Albert Hoffman ingirió accidentalmente un compuesto que desarrolló en su laboratorio.
En su memoriapublicado años después, Hoffman dijo que inmediatamente sintió que la sustancia podría tener un enorme potencial en las ramas de «farmacología, neurología y especialmente en psiquiatría».
Sin embargo, durante décadas, todo el potencial del descubrimiento de Hoffman, la dietilamida del ácido lisérgico, más conocido popularmente como «LSD», se perdió en gran medida para la ciencia médica. La investigación sobre psicodélicos se estancó como resultado de la oposición política a la contracultura antisistema asociada con la droga a fines del siglo XX.
Ahora, casi 80 años después del viaje involuntario de Hoffman, ensayos clínicos de psicodélicos – compuestos que alteran la mente, incluido el LSD – están floreciendo, como carrera de empresas farmaceuticas para compensar años de oportunidades perdidas y explorar su potencial para abordar condiciones como el trastorno de estrés postraumático y la depresión.
En algunos casos, los científicos y los pacientes dicen que estas sustancias traer más esperanza de tratamiento para estas condiciones que cualquier otra cosa actualmente en el mercado.
Aún, investigadores y clínicos advierte que, a pesar de la promesa inicial, el tratamiento dista mucho de ser sencillo.
Para averiguar si los psicodélicos realmente pueden funcionar como tratamientos para el TEPT, la depresión y otras dolencias, los investigadores los están probando en ensayos clínicos. Si estos ensayos tienen éxito, podrían allanar el camino para que los médicos receten psicodélicos como medicamentos.
Insider ha identificado 18 ensayos que podrían dar forma al futuro de la industria de los psicodélicos proporcionando información crucial sobre si estos compuestos funcionan.
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