“Son como una familia para mí. Nos cuidamos unos a otros como lo hacemos los humanos. Al igual que los humanos, tienen emociones y pueden expresar sus sentimientos. Eso es lo que los hace muy parecidos a los humanos”, afirmó el Dr. Norawee.
Ama a todos sus perros y habla con cariño de ellos. Por ejemplo, Alice, la primera perra que trajo a su casa, ocupa un lugar especial en su corazón por su naturaleza amable y su lealtad inquebrantable. Luego están los simpáticos traviesos como Casper y Momo, que añaden energía vivaz al hogar, recordando a todos la alegría y la espontaneidad que conlleva la compañía canina.
Con la esperanza de satisfacer las necesidades únicas de sus mascotas, imaginó un espacio donde pudieran prosperar física y emocionalmente. Reconociendo la importancia del ejercicio y el juego, especialmente para las razas más grandes, la casa cuenta con amplios terrenos donde pueden deambular libremente.