Por Fabio Teixeira
RÍO DE JANEIRO (Reuters) – En una plaza de un suburbio de Río de Janeiro plagado de narcotráfico y altos índices de crímenes violentos, niños y jóvenes se reúnen todos los martes por la noche para pelear, pero no de la manera que uno podría pensar.
Se ponen guantes y siguen las reglas y entrenan en combates de boxeo callejero desde las 22:00 hasta la 1:30 de la madrugada, en un evento semanal que ha atraído a una audiencia cada vez mayor en Belford Roxo, una ciudad pobre en el estado de Río.
Comenzó hace unos cuatro meses en la plaza local Praça 1 y desde entonces se ha convertido en un proyecto llamado «Ultimate Fighting Praça 1» o UFP1, dijo uno de sus creadores, Michel dos Reis.
Si bien no comenzó con objetivos sociales, el proyecto se ha convertido en una manera para que los jóvenes aprendan más sobre el boxeo, tal vez alejándolos del siempre presente atractivo de trabajar para los narcotraficantes, dijo Reis.
«Esto les está ayudando a no tener la mente vacía», dijo Reis, cuyo hermano murió tras involucrarse con bandas de narcotraficantes.
Nervioso en su primer combate hace apenas unos meses, Gabriel Gomes, de 15 años, ahora posee uno de los cinturones de campeonato de la UFP1 y mira como una posibilidad una carrera en el boxeo.
«Estoy pensando en cambiar mi vida», dijo Gomes, que empezó a entrenar para competiciones en un gimnasio local.
Cuando comenzaron los partidos había muchos prejuicios, dijo Reis. Pero añadió que lo que están haciendo no es nada diferente a lo que sucede en otros países donde se practican artes marciales en lugares públicos.
«Ahora estamos consiguiendo que la gente comprenda que esto es bueno para nuestros jóvenes».
(Reporte de Fabio Teixeira; Edición de Sandra Maler)