Dos manifestantes climáticos alemanes, uno de 25 años y el otro de 60, están siendo juzgados después de que una acción que realizaron en la Alte Pinakothek en Munich dejó dañado un valioso marco. Hoy, el tribunal escuchó los argumentos de los demandados y los demandantes.
Los activistas, ambos miembros de la organización activista climática Letze Generazione, se pegaron al marco de El Bethlehemitische Kindermord (1638) de Peter Paul Rubens. La pintura, que muestra a los niños robados de las madres, fue elegida para la acción para representar un futuro robado debido al cambio climático.
El adhesivo que quedó en el marco mereció la atención de los conservadores. Una estimación inicial de los daños monetarios era de 11.000 euros, pero ese precio ahora se ha disparado a 50.000, según un informe de monopolio. Durante los procedimientos judiciales de hoy, el director general de las Colecciones de Pintura del Estado de Baviera, Bernhard Maaz, dijo que las pequeñas cantidades de adhesivo que quedan solo serían visibles para el ojo entrenado.
El abogado de los acusados intentó argumentar que estas pequeñas cantidades de daños podrían, de hecho, aumentar el valor del marco algún día, marcado como está ahora con un significado histórico potencial y argumentó además que los cargos deberían retirarse por completo. El juez no estuvo de acuerdo y el juicio continuará a fines de este mes para determinar si se debe imponer una multa a los manifestantes y, de ser así, cuál es el monto.
Por su parte, los manifestantes respaldan sus acciones, uno de ellos dice: “Estaría de acuerdo en pegarme al marco regularmente si es necesario”. Mientras tanto, el joven manifestante aclaró las acciones de su organización en los museos: “No queremos destruir el arte, no queremos ser terroristas”.