Las locomotoras y los vagones de trenes antiguos y oxidados que sobresalen en la maleza de los patios de la Estación de Tren Central de Bogotá son las ruinas de un sueño pendiente en Colombia: el transporte ferroviario.
La historia de los ferrocarriles de la nación sudamericana se remontan a la segunda mitad del siglo XIX, cuando el istmo de Panamá aún era parte de su territorio nacional. En su momento fue el primer intento para interconectar el océano Atlántico con el Pacífico.
Parte de los 25 millones de dólares con los que Estados Unidos indemnizó a Colombia por la pérdida del Canal de Panamá fueron utilizados en la construcción de infraestructura férrea, explicó el actual ministro de Transporte de Colombia, William Camargo, entrevistado para este reportaje. En total fueron 15 millones de dólares invertidos entonces para construir vías férreas, locomotoras y estaciones.
De modo que para aquella época cada departamento instaló sus propios rieles con el fin de trasladar mercancías por su geografía, atravesando ríos y mares. Ese esfuerzo permitió que el país llegara a tener alrededor de 3.600 kilómetros (2.236 millas) de líneas férreas.
En su momento, la transportación en tren resolvió el problema de comunicación entre las regiones, trajo desarrollo, unió la capital del país con los puertos en el Caribe, consolidó urbes como Medellín y Cali. El ferrocarril impulso incluso la exportación de café y potencia la economía nacional.
Hacia 1954 se creo Ferrocarriles Nacionales, una empresa estatal que integró las millas de kilómetros de vías entre el centro, el occidente y el norte del país. Pero para el año 1987 sólo estaba operando al 20 % de su capacidad. La empresa se liquidó con sus 7.011 empleados, 2.622 kilómetros de vías y 133 locomotoras.
¿Qué pasó con el sueño?
A la fecha poco queda del esplendor de los ferrocarriles. Especialistas sostienen que el precio que está pagando Colombia por abandonar el transporte por rieles representa un retraso industrial de casi 50 años.
El actual ministro de Transporte afirma que tanto visiones políticas como impedimentos reales frenaron entonces el impulso del sector.
“Desafortunadamente decisiones en el pasado que privilegiaron el componente carretero y una limitación de nuestra geografía para cruzar cordilleras entre la zona central y la costa pacífica limitó el crecimiento”, explicó el ministro de Transporte, William Camargo.
El oficial aseguró que promover e impulsar el sector ferroviario es parte de la agenda del actual gobierno que lidera Gustavo Petro.
En pie la esperanza
Pero todo no es pérdida. El desarrollo inconcluso del sistema ferroviario dejó una buena escuela de ingeniería local. Todas las reparaciones fueron hechas por profesionales colombianos en los talleres que tuvo el país.
Y para no dejar morir por completo el sueño, hace 33 años, Turistren, una empresa de transporte férreo de pasajeros, rescató de los patios olvidados 6 locomotoras y 33 coches.
“Nosotros utilizamos equipos que son de los antiguos ferrocarriles nacionales, que los mantenemos al día en perfectas condiciones pero son equipos que tienen 50, 60 años”, dijo Andrés Rodríguez, Gerente de Turistren.
«Tenemos locomotoras a vapor de principios del siglo pasado y que no son para un uso diario. Por eso que gran parte del negocio nuestro es el turismo», señaló Rodríguez, rodeado de trenes en la Estación Central, muy cerca de donde un grupo de mecánicos y trabajadores mantienen viva la antigua infraestructura.
Los colombianos no se conforman con un tren turístico
Para Mateo Moreno, que hizo un viaje reciente con Turistren, fue algo «nostálgico» hacer esta ruta entre Bogotá y Zipaqueirá.
«Venimos de Francia ya Colombia justamente lo que le falta e infraestructura vial, en todo el término de la palabra, y el tren es una opción increíble cuando nos explicaron ahí dentro que en su época había más de 3.000 kilómetros de vías», dijo Moreno . «Qué lástima que hoy en día de haya perdido, pero de alguna forma es algo nostálgico tomar ese tren».
Celia Ailo, turista francesa dijo sobre su experiencia: «Este tren especialmente tiene mucho carácter, es muy auténtico».
Los aviones del gobierno de Gustavo Petro
El pasado 14 de junio, el Ministerio de Transporte de Colombia informó que «con el propósito de avanzar en la reactivación del modo férreo (…) fue aprobado por unanimidad en primer debate el proyecto de Ley ferroviaria.
«La ley ferroviaria representa una iniciativa que busca reglamentar las actividades asociadas a la prestación del servicio público de transporte ferroviario de carga y de pasajeros sobre la red férrea nacional, establecer las condiciones para el desarrollo de su infraestructura, su ordenamiento institucional, el régimen económico y los mecanismos de gestión y financiación de este modo de transporte», indicó el anuncio oficial.
La iniciativa que lidera el Ministerio de Transporte busca «fortalecer la complementariedad de los modos del transporte en Colombia, reducir los costos de operación, mejorar la conectividad de los centros de producción y consumo, dinamizar las economías regionales y migrar un porcentaje de carga del modo carretero al ferreo».
La nueva ley estipula las autoridades competentes para regular el transporte, los lineamientos en materia de infraestructura y de la prestación del servicio de carga, pasajeros y mixto y la política tarifaria. También prevé un ascenso tecnológico y transición energética de los equipos, sistemas y material rodante y modernización de la infraestructura ferroviaria de carga para el año 2050.
Desde la cartera de Transporte se espera que la medida ayude a «enfrentar importantes desafíos como los son la reducción de la pobreza, el cambio climático y la competitividad».
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