Los planes para establecer una nueva sede del Museo Guggenheim de Bilbao en Guernica y la reserva de la biosfera de Urdaibai en España han generado controversia, según el Guardián. Mientras que los defensores argumentan que el proyecto de desarrollo del País Vasco podría ayudar a revitalizar la región tanto económica como culturalmente, los críticos, incluidos grupos ambientalistas, temen que resulte en daños innecesarios al área natural protegida.
Se espera que el nuevo museo atraiga al menos 140.000 visitantes al año, lo que genera preocupación de que una marea constante de turistas pueda alterar el ecosistema de la reserva, que alberga tanto la vida silvestre local como las aves migratorias.
El museo propuesto abarcaría dos emplazamientos: uno en la localidad de Guernica y otro en la reserva de Urdaibai. Los detractores del proyecto, como Greenpeace y Ecologistas en Acción, afirman que el plan se inició sin la consulta adecuada y advierten que podría convertir la zona en un centro turístico, causando daños irreversibles al medio ambiente. El temor es que el aumento del turismo conduzca a la creación de nuevas infraestructuras (carreteras, hoteles y otros desarrollos) que podrían socavar el estatus de protección de la reserva de la biosfera.
Los partidarios del museo, incluida la Fundación Guggenheim y el gobierno vasco, ven el proyecto como una forma de abordar las luchas económicas postindustriales de la región. Argumentan que crearía empleos, impulsaría las empresas locales y proporcionaría mejoras de infraestructura esenciales, como transporte y atención médica, para toda la región. Sin embargo, los opositores siguen siendo escépticos, cuestionando si el turismo es la solución adecuada para la zona y expresando preocupación por el impacto económico y ambiental más amplio.
En los últimos años, ha habido una reacción agresiva contra los turistas y el turismo en toda España, a pesar de que la industria proporciona ingresos estables para las economías locales y las empresas hoteleras. Este verano, en Barcelona, manifestantes antiturismo marcharon hacia la capital catalana gritando “turistas váyanse a casa” y sosteniendo carteles que decían “Barcelona no está en venta”. Durante las protestas, los turistas fueron atacados con pistolas de agua.
De acuerdo a cnnalrededor de 26 millones de visitantes pernoctaron el año pasado en la región de Barcelona y gastaron 13.800 millones.
Los funcionarios vascos sostienen que el proyecto aún se encuentra en las primeras etapas y que se llevarán a cabo consultas públicas antes de tomar cualquier decisión final. También insisten en que el desarrollo será compatible con las medidas de protección ambiental, y que el museo controlará el número de visitantes para mitigar posibles daños.
«Según las cifras de desarrollo, esta zona es la segunda parte más deprimida del País Vasco, y eso tiene una lógica», dijo Juan Ignacio Vidarte, director general del Guggenheim Bilbao. Guardián. “Muchas actividades económicas no son compatibles con [Urdaibai’s] estatus como reserva natural… Creemos que cierto tipo de turismo, pero no cualquier tipo de turismo, es compatible y creemos que el proyecto que estamos proponiendo lo ha tenido muy en cuenta”.
Y, sin embargo, muchos lugareños, incluidos los residentes de la zona desde hace mucho tiempo, siguen sin estar convencidos y se preguntan si el museo es necesario. Según el Guardiántemen que la belleza natural de Urdaibai pueda verse eclipsada, o incluso arruinada, por el nuevo desarrollo.