El primer vuelo programado de Gran Bretaña que llevaría a los solicitantes de asilo a Ruanda partiría el martes, y el gobierno advirtió que cualquiera que lo evitara a través de desafíos legales de último minuto sería puesto en un vuelo posterior de todos modos.
“Esperamos enviar el vuelo más tarde hoy”, dijo a Sky News la secretaria de Relaciones Exteriores, Liz Truss. “No puedo decir exactamente cuántas personas habrá en el vuelo. Pero lo realmente importante es que establezcamos el principio”.
“Habrá personas en este vuelo y si no están en este vuelo, estarán en el próximo vuelo porque estamos decididos a romper el modelo de los terribles traficantes de personas”.
Gran Bretaña llegó a un acuerdo de 120 millones de libras (148 millones de dólares) con Ruanda para enviar a algunos inmigrantes, que habían llegado ilegalmente cruzando el Canal de la Mancha en pequeños botes desde Europa, a vivir en el país africano sin salida al mar.
El gobierno dice que la política es necesaria para detener el flujo de inmigrantes que arriesgan sus vidas en los cruces del Canal y aplastar las redes de contrabando de personas.
Pero el plan ha horrorizado a opositores políticos, organizaciones benéficas y líderes eclesiásticos que dicen que es inhumano. El jefe de refugiados de las Naciones Unidas lo calificó de “catastrófico”, todo el liderazgo de la Iglesia de Inglaterra lo denunció como una “política inmoral que avergüenza a Gran Bretaña”.
Los tribunales han desestimado los intentos desesperados de grupos de derechos humanos y activistas para detener el primer vuelo, pero el Tribunal Superior de Londres escuchará más casos antes de partir el martes por la noche.
En medio de desafíos legales, solo unas pocas personas ahora están programadas para partir en ese primer avión.
Se había programado la remoción de unas 37 personas el martes, que según organizaciones benéficas incluían personas que huían de Afganistán y Siria, así como de Irán e Irak. Sin embargo, una serie de desafíos legales exitosos ha reducido ese número a siete, según la organización benéfica Care4Calais.
Quedaban pendientes al menos tres apelaciones ante el Tribunal Superior.
Los grupos de derechos humanos dicen que la política pondrá en riesgo a los migrantes. ACNUR ha dicho que Ruanda, cuyo propio historial de derechos humanos está bajo escrutinio, no tiene la capacidad para procesar las solicitudes y existe el riesgo de que algunos migrantes puedan ser devueltos a los países de los que habían huido.
En julio está prevista una audiencia completa para determinar la legalidad de la póliza en su conjunto.